El glaucoma en infantes, raro que lo padezca con buenas medidas de prevención

Es posible que los bebés y los niños sufran de glaucoma, puede ser congénito o presentarse durante los primeros años de vida; por ende, el daño del nervio óptico puede producirse por obstrucciones en los drenajes o por algún trastorno que no haya sido diagnosticado a tiempo por un médico.

La obstrucción mencionada aumenta la presión intraocular que, de no ser tratada, daña el nervio óptico, señalo el doctor Félix Ruíz, oftalmólogo del Hospital de Especialidades Pediátricas “Omar Torrijos Herrera” (HEPOTH) de la Caja de Seguro Social (CSS).

Lo más importante, desde el momento en que a un infante le diagnostiquen diabetes es dirigirse a los especialistas, y uno de ellos es el oftalmólogo, quien hará una revisión minuciosa de la vista del niño, para estar pendiente de los posibles cambios de la vista del paciente, estas visitas deben darse 2 o 3 veces al año.

Al darse las sospechas o evidencia se recomienda realizar exámenes pertinentes.

El examen en los ojos con la dilatación de la pupila es el que se recomienda para detectar si el niño mantiene alguna afectación por una enfermedad intraocular (causada por la diabetes), esta prueba consiste en poner unas gotas en los ojos que dilatan las pupilas, luego se usa un dispositivo que tiene una luz y un lente de aumento para observar si existe algún daño ocular, explicó el doctor Ruíz.

Las manifestaciones oculares asociadas al paciente diabético son la pérdida de la capacidad acomodativa del musculo ciliar, cambio en la transparencia del cristalino o catarata, glaucoma y retinopatía diabética, las cuales podrán ser diagnosticadas en el examen oftalmológico

Se realizan pruebas diagnósticas para detectar y darle seguimiento al paciente con glaucoma en el campo visual y la tomografía de la carencia óptica, junto al examen físico que se hace

FÉLIX RUIZ, OFTALMÓLOGO

El tratamiento para el glaucoma incluye medicamentos, cirugía láser (trabeculoplastia), cirugía convencional o una combinación de cualquiera de estos métodos. Aunque estos tratamientos pueden proteger la vista que le queda, no mejoran la vista que ya haya perdido por el glaucoma.​

Por tal motivo tener el control adecuado de las visitas correspondiente al pediatra y cumplir con los esquemas de vacuna y consejos médicos es la única opción para que el niño y adolecente gocen de una salud integral, finalizó el doctor Ruíz.

Nota / Fotos: Giovanna Rodríguez Cáceres