Crecimiento del niño: Qué debe conocer

Anabelle Conte, una madre que se levanta a las 5:00 a.m., empieza a preparar el desayuno y se aproxima a levantar a su hijo, al verlo acostado recuerda a los otros compañeros de escuela de su retoño, y se pregunta «¿Está mi hijo creciendo bien?».

Esta es una preocupación muy frecuente en padres que acuden a las citas de crecimiento y desarrollo.

«Los niños vienen en diferentes tamaños y formas. Aunque su hijo puede ser más alto o más bajo, más pesado o más liviano que otros niños de la misma edad, los cambios de altura y peso generalmente siguen un patrón regular que es adecuado para su hijo», explicó el Dr. Iván Wilson, médico pediatra de la Policlínica “Carlos N. Brin”, del corregimiento de San Francisco.

En el crecimiento de los niños intervienen diversos factores, como lo son antecedentes del embarazo, factores nutricionales, genéticos y hormonales, por lo cual no debemos hacer comparaciones que pueden producir angustia y preocupación. 

En la evaluación del crecimiento del niño en los primeros cinco años de vida, se utilizan gráficas en las que se comparan el peso y talla con otros niños de la misma edad y sexo.

Es  importante saber que en el crecimiento del paciente en edad pediátrica existen dos períodos de rápido crecimiento (primer año de vida y la adolescencia). En condiciones normales, el lactante duplica su peso a los cuatro meses de edad y lo triplica al año 

IVÁN WILSON, MÉDICO PEDIATRA

En el primer año de vida ha ganado, en promedio, 25 cms. de talla, y duplica la talla al nacer a los cuatro años.

A partir del año de edad es normal que el apetito del niño disminuya, hay una desaceleración del crecimiento, disminuye su apetito y aumenta su actividad física. 

Después de los dos años, se pueden ir observando las influencias genéticas. Hijos de padres altos tienden a ser un poco más altos; hijos de padres pequeños tienden a ser un poco más pequeños, añadió el Dr. Wilson.

Sin embargo, hay factores ambientales (tipo de dieta, ingesta excesiva de grasas saturadas y azúcares refinados, falta de ejercicio), que son determinantes en el peso, independientemente de los antecedentes genéticos.

Los niños continúan su crecimiento a un menor ritmo, el cual es supervisado por el pediatra y la enfermera en las citas de control, hasta llegar a la pubertad, en donde ocurre el estirón del adolescente, entre los diez y doce años en niñas, y doce y catorce años en varones.

Es importante tomar en cuenta antecedentes como la prematuridad y el peso al  nacer,  ya que estos niños pueden tener variaciones en relación a los niños que tuvieron medidas estándares al nacer.

Por ejemplo, los niños de bajo peso o prematuros al nacer, pueden estar por debajo en las gráficas, cuando se les compara con otros niños de su misma edad.

Al paciente prematuro le puede tomar hasta tres años la corrección de su peso y talla, y puede ser que su crecimiento se mantenga en el límite inferior cuando se compare con niños de su edad.

Una alarma común es cuando el paciente no gana el peso adecuado en el primer año de vida, sin que tengan un factor identificado para que esta alteración ocurra. En ellos se debe investigar por enfermedades o padecimientos que pudieran haber pasado desapercibidos.

Los eventos que más preocupación producen en los padres son los niños con baja talla y bajo peso. Sin embargo, un niño demasiado alto para la edad o con sobrepeso u obesidad, también amerita investigación.

Hay padecimientos poco comunes que pueden causar baja o alta talla en niños, tales como desórdenes hormonales, afecciones genéticas o tumoraciones. Una vez diagnosticados, se les debe tratar oportunamente; por lo general, estos pacientes son manejados en conjunto por el pediatra y el endocrinólogo.

Hay enfermedades crónicas que pueden afectar el crecimiento del niño, como el asma bronquial, cardiopatías, anemia falciforme, enfermedades gastrointestinales o renales, entre otras.

La clave es la prevención, y de allí la importancia de acudir a las citas de crecimiento y desarrollo en forma regular y periódica, ya que el pediatra es el profesional responsable de la vigilancia del crecimiento, y la persona que puede satisfacer todas las dudas e interrogantes de los padres, concluyó el Dr. Wilson.

Nota: Jean Carlos González Remond

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