La medicina y su trascendencia

 Desde los tiempos de las primeras civilizaciones de Egipto y la Mesopotamia que se asentó entre los ríos Tigris y Éufrates ya se tenían amplios y profundos conocimientos curativos, incluso a nivel quirúrgico.

Una práctica que fue apuntada unos 1700 años antes de Cristo, por el rey babilónico Hammurabi en un código que lleva su nombre. Ya en aquellos tiempos en Egipto se había determinado con criterio científico la práctica de la medicina en la que se asignaba un médico para cada tipo de enfermedad.

Con el transcurrir de los siglos se mantuvo por mucho tiempo el criterio inamovible del pensamiento médico, a partir de que lo dicho con anterioridad permanecía en la práctica médica posterior como una referencia incuestionable.

La pandemia de la peste negra cambió esta forma de pensar en los círculos de la medicina.

Después, con los aportes de Leonardo Da Vinci y del médico  Marcantonio Della Torre se avanzó en la parte de la medicina anatómica. No obstante, fue en el siglo XIX cuando se produjeron los grandes descubrimientos e investigaciones.

El invento del microscopio, que ayudó a determinar la enfermedad bacteriana y otros aspectos como los antibióticos, marcó el inicio de la medicina moderna propiamente dicha.

La medicina en el siglo XX, basada en la evidencia que brinda el estudio herbolario-farmacológico y la biología como ciencia que permite el estudio de la estructura de los seres vivos y de sus procesos vitales, hoy hace posible sustentar el modelo de salud-enfermedad determinado por factores biopsicosociales.

En la actualidad, entrada la segunda década del siglo XXI, los avances sistémicos-cibernéticos que han permitido el conocimiento del genoma humano, ha llevado a identificar enfermedades ligadas a genes específicos, siendo parte de la práctica de la médica mundial.

Este conocimiento, por ejemplo, ha permitido en este momento el desarrollo de vacunas con información genética del coronavirus de la COVID-19, para que al ser inoculada el cuerpo reaccione frente a este virus.

La medicina, en Panamá, ha venido avanzando significativamente en sus niveles más elevados, logrando desarrollar cirugías de alta complejidad en diversas especialidades, con intervenciones quirúrgicas y trasplantes de órganos a través de la práctica de la mano médica y científica panameña.

En este sentido, en las diversas instalaciones de la Caja de Seguro Social, se mantienen niveles elevados de estándares en sus servicios y prestaciones médicas.

En el caso específico de la Policlínica “Manuel María Valdés”, con unos 99 médicos que atienden una población promedio de 125 000 personas bajo su responsabilidad de salud, se garantiza una importante y segura cobertura a la población, principalmente del distrito de San Miguelito.

Este esfuerzo médico brindado en nuestras instalaciones se resume en el pensamiento del Dr. Guillermo Jaim Etcheverry.

Ser médico supone contar con la habilidad singular de mantener un delicado equilibrio entre el conocimiento científico, en el que se basa la medicina, y el arte de la observación, la confianza en la intuición y la experiencia personal, cada vez que se enfrenta un paciente en un contexto caracterizado por la incertidumbre. Esencialmente “ser médico es escuchar y ayudar al otro que sufre.

Nota:  Gonzalo Delgado Quintero