Fortalecimiento del sistema inmunológico: medicina sin fármacos

En estos días en los que muchos buscan potenciar su sistema inmunológico para evitar todo tipo de enfermedades infecto-contagiosas que azotan a la humanidad, aparecen en medios alternativos y redes sociales, toda suerte de brebajes milagrosos que prometen a quienes los ingieran, la prevención de una pluralidad de patologías y un bienestar físico que sería la envidia de los dioses del Olimpo.

Pero, ¿Qué tan cierto es esto?, y de ser así, ¿Cómo se alcanza ese nirvana de salud?

Pues, en parte es mitología, como los antiguos dioses griegos, y en parte es una realidad que está al alcance de todos.

Esto último, lo encontramos en la alimentación y la actividad física. Por supuesto, no hay comida milagrosa, ni rutina de gimnasio que nos haga bajar de peso en tres días, pero sí muchos alimentos que combinados con la práctica regular de ejercicios cardiovasculares y anaeróbicos, pueden hacer que nuestro organismo se defienda mejor ante una potencial amenaza.

Así lo explica Sofía Osorio, nutricionista-dietista al servicio de la Caja de Seguro Social, que ofrece consultas a niños y adultos en la Policlínica «Juan Vega Méndez», ubicada en el distrito de San Carlos, Panamá Oeste.

“El sistema inmune es muy importante para nuestro cuerpo, por ello tenemos que fortalecerlo a través de una alimentación saludable y variada, para obtener los macro y micro nutrientes que forman parte de los cofactores (importantes elementos para los procesos bioquímicos), así se evitan enfermedades, ya sean crónicas o contagiosas, como las que enfrentamos en la actualidad.”, detallo la profesional.

¿Cómo debemos alimentarnos para mantener un sistema inmune fuerte?

Con una alimentación que contenga una elevada cantidad de hidratos de carbono, como lo son la avena, arroz, menestras, tubérculos (yuca, papa, otoe), etcétera; buenas fuentes de fibra,  proteínas de alto valor biológico, que pueden ser encontradas en el pollo, huevos, pavo, pescado y carne magra de res o de cerdo (evitando las carnes procesadas como los embutidos); frutas y vegetales, principalmente los que se comen crudos; lácteos enteros, si no hay problemas de salud, y si los hay, se recomiendan descremados; grasas poliinsaturadas como, el aguacate, el aceite de oliva extra virgen, pepitas de marañón, maní, y otras semillas. Recordando siempre que hay que minimizar el consumo de azúcar y grasas saturadas.

¿Cómo adquirir tal diversidad de alimentos sin arruinarnos económicamente?

Sugerimos que las frutas y vegetales no sean compradas en supermercados, sino en los mercados regionales y, si es posible, directamente al productor, de esa manera son mucho más económicas.

Además, existen otras alternativas para adquirir nuestros alimentos, y en eso se está trabajando con los pacientes. Se trata de la seguridad alimentaria en casa, esto consiste en la creación de huertos caseros; que son posibles en pequeños espacios, aun en apartamentos. Por supuesto, mientras más terreno se tenga, se podrá cultivar mayor cantidad de comida y, además, criar animales que formen parte de la alimentación, como las aves de corral.

¿Qué cantidades o porciones de alimentos debemos comer?

Como aquí estamos refiriéndonos a toda la población, por ende a todos los grupos de edades, utilizaremos la medida del plato de alimentación: esto se trata de que la mitad del plato debe estar compuesto por vegetales, y la otra mitad se debe dividir en dos cuartos, uno que debe corresponder a los hidratos de carbono complejos y el otro, debe ocupar las proteínas de alto valor biológico.

¿Cómo debemos ejercitarnos físicamente?

El ejercicio está enfocado en las condiciones fisiológicas del paciente, si es un paciente con limitaciones físicas el ejercicio se ve un poco limitado, pero si está en condición como para prescribirle prácticamente de todo, le recomendamos ejercicios cardiovasculares, para optimizar la pérdida de peso, en caso tal que lo requiera, y ejercicios anaeróbicos, que son los de fuerza muscular, de resistencia o funcionales, para que el paciente pueda aumentar o fortalecer su masa muscular, pues es sabido, que los músculos están muy involucrados en los procesos inmunológicos y en todos los de sarcopenia (pérdida de masa muscular) futura y por lo tanto enfermedades crónicas.

También observamos otros aspectos como la terapia medicinal, para aquellos que se les ha prescrito, y también se les brinda recomendaciones de hidratación, ya que cada persona requiere de una hidratación completamente diferente, que está basada en su condición de salud, en su peso, en su talla y en su edad.

Según informe de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en ingles) que data del año 2019, el 62 % de los adultos en Panamá, tienen problemas de sobrepeso y más del 25 % padece de obesidad, lo cual evidencia un alto grado de desórdenes alimenticios y sedentarismo, factores que sin lugar a dudas contribuyen al debilitamiento del sistema inmunológico, lo cual se traduce, literalmente, en abrirle las puertas de nuestros cuerpos a cuantas enfermedades quieran entrar, porque sencillamente no tenemos suficientes anticuerpos para defenderlo.

Nota de prensa y fotos: Armando Acevedo Fossatti