¿Conoces el TRIAGE?: El uso adecuado del servicio de urgencias

Un total de 45 807 personas acudieron en busca de atención al servicio de urgencias del Hospital “Dr. Gustavo Nelson Collado” (Dr.GNC), de la Caja de Seguro Social (CSS) en Herrera, en el año 2021; de las cuales, 11 550 fueron urgencias no verdaderas, informó la Lcda. Yessenia Deago, jefa del Departamento de Registros y Estadísticas de Salud (REGES) de esta unidad ejecutora.

El Dr. Ronald Rodríguez, jefe del servicio de Urgencias del HDr.GNC, manifestó que las visitas al cuarto de urgencias surgen cuando una persona se encuentra en condiciones críticas o peligra su salud; sin embargo, conocer el funcionamiento y saber los protocolos de clasificación de riesgo es una información crucial en el momento de acudir al cuarto de urgencias de una instalación.

En algún momento hemos escuchado la palabra “triage”, esta es una palabra francesa “trier” que se define como “escoger, separar o clasificar” y su objetivo es, catalogar a los pacientes de acuerdo con su condición de salud o priorización de la atención urgente.

Surge como una necesidad de los hospitales que manejan alto volumen de casos, en los que se hizo imprescindible establecer algún tipo de sistema para el tratamiento de los pacientes, optimizar el manejo de prioridades de acuerdo a la gravedad de los casos y administrar el recurso humano del cuarto de urgencias.

Existen diferentes protocolos para realizar el «triage», entre ellas está el de Clasificación de Riesgo Manchester, el método que utiliza el sistema sanitario en Panamá. Es un sistema que se basa en la clasificación por colores y tiempos de respuesta que se establecen de la siguiente forma:

·         Rojo – Critico: Paciente con una condición que requiere atención y derivación inmediata al área funcional específica para su manejo, con “0” minutos de tiempo de espera de atención.

·         Naranja – Emergencia: Paciente con una situación o condición que requiere atención inmediata o con un tiempo de espera de atención no mayor de 10 minutos, para su atención y derivación al área funcional específica para su manejo.

·         Amarillo – Urgencia: Paciente agudamente enfermo o con una patología crónica descompensada que requiere atención médica, con un tiempo de espera no mayor de 60 minutos.

·         Verde – No urgente: Paciente con una patología menor que no requiere atención en los servicios de urgencias y puede ser dirigido a la consulta externa. Si por alguna circunstancia administrativa fortuita, el paciente no puede ser atendido en la consulta externa, dicha atención podrá ser brindada por el servicio de urgencias. En estos casos puede existir un período de espera no mayor de 120 minutos.

·         Azul: No urgente o con problema no agudo: El paciente no requiere valoración médica inmediata, se canaliza su atención a la consulta externa.

“Se recomienda a los pacientes con afecciones que no son realmente urgencias acudir a su médico en consulta regular en su centro de salud más cercano; sin embargo, si decide acudir al cuarto de urgencias, será atendido”, señalo el Dr. Rodríguez.

En medio de la emergencia sanitaria por la COVID-19, en el HDr.GNC el servicio de urgencias ha ajustado algunos cambios para lograr mayor eficiencia en la atención.

En promedio, el 25 % de los ingresos al servicio de urgencias se determinan como reales y el  75 % no reales; que pueden ser padecimientos crónicos agudizados que el paciente percibe o siente que amenazan su vida. Casi nunca son graves, y pueden ser atendidos en la consulta externa de  sus policlínicas más cercanas; ya que sus dolencias se aumentan por falta de control de sus enfermedades, comentó el doctor.

¿Cuándo acudir al cuarto de urgencias?

Cada vez que se presente una enfermedad o lesión, es necesario decidir cuán grave es y qué tan pronto se debe conseguir atención médica. Esto le ayudará a decidir si es lo mejor.

Llame al número de emergencias médicas 911 para que el equipo de paramédicos vaya de inmediato donde se encuentre si no puede esperar, por ejemplo en caso de:

  • Asfixia.
  • Lesión en la cabeza con desvanecimiento, desmayo o confusión.
  • Lesión en el cuello o la columna vertebral, especialmente si hay una pérdida de la sensibilidad o incapacidad para moverse.
  • Descarga eléctrica o un rayo.
  • Quemadura grave.
  • Dolor intenso o presión en el pecho.
  • Convulsión que duró de 3 a 5 minutos.

Acuda a un cuarto de urgencias o llame al número de emergencias y solicite ayuda para problemas tales como:

  • Dificultad para respirar.
  • Desvanecimiento, desmayo.
  • Incapacidad repentina para hablar, ver, caminar o moverse.
  • Debilidad o caída repentina en un lado del cuerpo.
  • Mareo o debilidad que no desaparece.
  • Inhalación de humo o gases tóxicos.
  • Confusión repentina.
  • Sangrado abundante.
  • Posible fractura ósea, pérdida de movimiento, especialmente si el hueso está saliendo a través de la piel.
  • Herida profunda.
  • Quemadura grave.
  • Tos o vómitos con sangre.
  • Dolor intenso en cualquier parte del cuerpo.
  • Reacción alérgica grave con dificultad para respirar, hinchazón, urticaria.
  • Fiebre alta con dolor de cabeza y rigidez en el cuello.
  • Vómitos o diarrea que no cesan.
  • Intoxicación o sobredosis de drogas o alcohol.
  • Pensamientos suicidas.
  • Convulsiones.

Entre los tipos de padecimientos comunes que se puede tratar en su policlínica o centro de salud más cercano están los siguientes: resfriados comunes, gripe, dolores de oído, dolores de garganta, cefaleas (migrañas), fiebres bajas y erupciones limitadas y lesiones menores como esguinces, dolor de espalda, cortaduras y quemaduras pequeñas.

Si no tiene ninguno de los problemas graves mencionados anteriormente, llame a su médico si no está seguro de lo que le sucede, hable con algún profesional de la salud, descríbale sus síntomas y atienda todas las recomendaciones que le ofrezca.

Nota de prensa y fotos: César Meneses