Incrementan enfermedades hepáticas, especialmente el hígado graso

Las enfermedades hepáticas han tenido un aumento en los últimos años, entre ellas, la esteatosis hepática, mejor conocida como el hígado graso.

La Dra. Loyda Gutiérrez, coordinadora de Atención Primaria de la Caja de Seguro Social,  explicó que cada vez encontramos más pacientes que padecen de hígado graso,  porque hay mayor prevalencia de obesidad y de enfermedades crónicas.

“Podemos ver también enfermedades hepáticas infecciosas como la hepatitis, pero son menos frecuentes por el grado de vacunación que tiene la población panameña y mucho menos frecuente que enfermedades hepáticas autoinmunes.

La más frecuente y en la que podemos hacer más impacto a nivel de atención primaria, es en el hígado graso no alcohólico..

Dra. Loyda Gutiérrez, coordinadora de Atención Primaria CSS

Explicó que en el caso la cirrosis hepática, este es el estadio final del daño y si se padece de hígado graso alcohólico o una hepatitis,  “todas ellas van a evolucionar finalmente a una cirrosis hepática”.

Las enfermedades hepáticas usualmente son asintomáticas y la persona no presenta ningún síntoma. Detalló que cuando empiezan a tener los síntomas, ya el padecimiento está avanzado,  como: Ascitis  (líquido en el abdomen), Ictericia (ponerse amarillo) entre otros.

“La hepatitis infecciosa suele causar síntomas de fiebre, que ocurre más con la hepatitis A, pero la hepatitis B y la C pueden pasar asintomáticas por un tiempo prolongado,” destacó.

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¿Cómo podemos prevenirla?

La Dra.  Gutiérrez indicó que lo ideal es tener controles anuales con su  médico de cabecera o general, familiar o de atención primaria,  ya que ellos le deben enviar laboratorios o si tiene alguna manifestación clínica,  deben hacerse sus pruebas tamizaje regular,  de presión arterial y diabetes.

Además, se deben solicitar las pruebas que se hagan regularmente, incluyendo de hígado para ver cómo está su funcionamiento.

Recalcó que en base a las pruebas,  si el médico encuentra alguna alteración, debe hacer los ajustes o brindar el tratamiento necesario y en última instancia, referir al paciente a un especialista.

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Para el hígado graso, tanto el alcohólico como el no alcohólico, el tratamiento realmente consiste en detectar las  comorbilidades o las enfermedades que están acompañando a esa persona.

“Si la persona es hipertensa, tiene que recibir tratamiento para la hipertensión, si es diabética para la diabetes, pero no solo recibir tratamiento, sino lograr un control adecuado de las enfermedades”, enfatizó.

En el caso de la obesidad, es lograr que la persona pueda perder y mantener su peso, realizar  actividad física,  llevar un buen estilo de vida y  una alimentación saludable.

Nota: Tharyn Jiménez V.

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