Asma, enemigo silencioso a nivel mundial

El asma, es una de las principales enfermedades no transmisibles, sigue siendo una condición que afecta a personas de todas las edades, tanto a niños como a adultos.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2019 esta enfermedad crónica impactó a 262 millones de personas y causó 461 mil muertes, lo que subraya la urgencia de crear mayor conciencia sobre su manejo, prevención y tratamiento.

¿Qué es el asma y a quién afecta?

La Dra. Essie Maduro, especialista en Medicina Interna de la Policlínica “Dr. Carlos N. Brin”, describe el asma bronquial como una inflamación crónica de las vías respiratorias que provoca síntomas como dificultad para respirar, tos, silbidos al respirar y sensación de opresión en el pecho.

Esta condición puede manifestarse en cualquier etapa de la vida, aunque es más común en la infancia. Sin embargo, no todas las personas superan el asma en la adultez, ya que, en muchos casos, los síntomas persisten o se agravan si no se maneja adecuadamente.

Además, el asma puede desarrollarse en la etapa adulta debido a factores como la exposición prolongada a alérgenos, el humo del tabaco, la contaminación del aire o incluso ciertas actividades físicas.

Actividades que pueden desencadenar una crisis asmática

Aunque cada paciente tiene desencadenantes únicos, hay varios factores comunes que pueden provocar una crisis asmática, destacó la Dra. entre ellos:

  • Ejercicio intenso: Especialmente en ambientes fríos o con aire seco.
  • Alérgenos: Ácaros del polvo, moho, polen, caspa de animales o ciertos alimentos.
  • Infecciones respiratorias: Como resfriados o gripes.
  • Factores ambientales: Contaminación, humo de tabaco o productos químicos fuertes.
  • Estrés o emociones fuertes: La ansiedad o el estrés pueden agravar los síntomas en algunos casos.

¿Qué hacer en caso de una crisis asmática?

La Dra. Maduro explica que una crisis asmática ocurre cuando los síntomas empeoran repentinamente, dificultando la respiración. Ante una situación así, es crucial actuar con rapidez para evitar complicaciones graves:

  1. Mantener la calma: La ansiedad puede empeorar los síntomas.
  2. Usar un inhalador de rescate: Siguiendo las indicaciones médicas.
  3. Buscar una posición cómoda: Sentarse erguido puede facilitar la respiración.
  4. Evitar desencadenantes inmediatos: Como humo o alérgenos.
  5. Solicitar ayuda médica: Si los síntomas no mejoran después del uso del inhalador o si empeoran, es esencial buscar atención médica de emergencia.

Prevención y calidad de vida

La Dra. Maduro enfatiza que, aunque el asma es una condición crónica, un manejo adecuado permite a los pacientes llevar una vida activa y plena. Las claves para lograrlo incluyen:

  • Seguir estrictamente el tratamiento indicado por el médico.
  • Asistir a controles médicos regulares para evaluar la evolución de la enfermedad.
  • Mantener un plan de acción personalizado para manejar posibles crisis.
  • Reducir la exposición a los desencadenantes conocidos.

Finalmente, la Dra. Maduro recalca la importancia de la educación tanto para los pacientes como para sus familias. «El control del asma no solo mejora la calidad de vida de los pacientes, sino que también reduce significativamente el riesgo de complicaciones graves, permitiendo que las personas afectadas disfruten de una vida normal», concluye.

El asma no debe ser una barrera; con un enfoque preventivo y tratamientos adecuados, este desafío silencioso puede ser enfrentado con éxito.

Nota: Jean González

Foto: Cortesía