Como ser guía en el proceso para que su hijo descubra su vocación
El diccionario de la Real Academia Española define a la vocación como la inclinación hacia una profesión, actividad o forma de vida. Y es que esta palabra que proviene del latín vocare, se entiende como el llamado hacia un determinado destino.
Este tema resulta de interés para los jóvenes que están por decidirse por un bachiller – si acaban de culminar el noveno año- o por una carrera o técnico, si están finalizando la secundaria, ya que esta decisión marcará un antes y después en sus vidas.
La psicóloga Mayra Holligan explicó que descubrir la vocación es un proceso psicológico que implica investigar y conectar los intereses personales, habilidades y valores con posibles trayectorias de vida.
Para un joven dijo, este proceso suele desarrollarse a través de la autoexploración, la experimentación y la reflexión.
Sobre esta temática, la profesional de la salud que labora en la Policlínica Presidente Remón de la Caja de Seguro Social citó la opinión del padre de la teoría del desarrollo psicosocial, Erik Erikson, quien indicó que durante la adolescencia y la juventud se atraviesa por una fase de búsqueda de identidad, donde se experimenta y evalúa qué es significativo y motivador en términos personales y profesionales.
A nivel práctico, resaltó que este autodescubrimiento implica probar actividades, estudiar temas de interés, participar en diferentes experiencias -como voluntariados o prácticas- y reflexionar sobre lo que realmente les genera satisfacción.
“Es crucial identificar valores y aspiraciones, ya que estos forman el núcleo de lo que una persona considera como un propósito” afirmó.
Reconoció la importancia de la guía de mentores o profesionales para estos brinden perspectivas útiles y clarifiquen dudas, para que sean más atinados en la carrera que estudiarán.
Los padres y cuidadores pueden desempeñar este papel fundamental en la orientación vocacional de los jóvenes al brindar apoyo, abrir oportunidades y fomentar la indagación de intereses.
Enunció como manera clave para guiar de manera positiva, el fomentar la autoexploración y el animar a los jóvenes a que se conozcan a sí mismos.
La conversación sostuvo es necesaria para identificar intereses, talentos y valores. “Preguntarles qué les gusta, qué actividades disfrutan y en cuáles se sienten más motivados, les permite conectarse con sus pasiones” agregó.
Conversaciones en las que exprese qué materias de las que ha cursado se le hacen más fáciles; qué le apasiona hacer en su tiempo libre; qué despierta su curiosidad y sobre qué le gusta leer.
Un ejemplo de quien hizo este ejercicio con su vástago lo ofreció Mariela Mitre, quien inspeccionó con su hijo Juan Antonio (se cambiaron los nombres), casas de estudios superiores a través de sus páginas web, y revisaron los planes de estudio de diferentes carreras. Tras mirar algunas licenciaturas, analizaron cuales tenían campo de empleo, para ingresar al mercado laboral.
Después de hacer este ejercicio, el joven se decidió por contabilidad, ya que fue su materia favorita dentro del bachiller que estudió: comercio.
En el caso de Sofía, en su casa siempre se alentó el aprendizaje de un instrumento musical, ahora ella estudiará la licenciatura en música, y espera especializarse en dirección de orquesta, porque esa es su pasión y es que esta joven que pronto cumplirá 18 años, afirma que quiere seguir el consejo que una vez dijo Confucio y que siempre le recalcaba su padre: elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día en tu vida.
Reportaje: Diamar Díaz Nieto
Foto: Yovira Walcott