Como detectar si es berrinche o una crisis de autismo
Existen diferencias entre una rabieta y una crisis de autismo, pero si su hijo no ha sido diagnosticado, ¿tiene forma de distinguir entre una y otra?
Primero debe conocer que es un berrinche y qué es una crisis por autismo.
Sobre esto, la Lcda. Carmen Ariza, psicóloga en la Unidad Local de Atención Primaria en Salud (Ulaps), Sra. Lastenia Canto Solís, ubicada en el distrito de Capira, indicó que un berrinche o rabieta es un estadio de incomodidad, molestia, enojo, malestar, impotencia que refleja un niño cuando no consigue alcanzar su objetivo.
Explica que un berrinche se controla cuando el menor logra hacer su voluntad, “se le pasa la rabieta, se le pasa el enojo”.
Si aclara la psicóloga que las rabietas se desarrollan frente a otras personas para atraer la atención de quienes a ellos les interesa.
Pero, por otro lado, en una crisis de un niño con autismo, se manifiestan cambios emocionales explosivos, la frustración es tan incontenible que demuestran niveles de ira elevados, no fáciles de detener y cuya duración puede ir de 20 a 30 minutos, hasta una hora, mencionó también que una crisis no busca llamar la atención de nadie, el menor únicamente busca la manera de expresar su inconformidad ante lo que se le presenta y no sabe cómo resolver.
Añadió que 7 de cada 10 personas diagnosticadas con autismo padecen problemas de salud mental, sea ansiedad, depresión, trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), trastorno obsesivo compulsivo (TOC), etc.
Aseveró que, en las crisis, hay mucha concentración de estrés, las emociones se sobrecargan, entran en una especie de “ebullición” de estímulos, se saturan de sensaciones, muchas veces porque con ellas se autorregulan emocionalmente.
Resaltó la necesidad de saber establecer cuando es una rabieta y cuando es una crisis por autismo, en ambos casos los niños lloran, gritan, tiran cosas, se dan golpes, se provocan daños, patalean, etc.
Sin embargo, en los niños sin autismo, la calman vuelve una vez reciben solución a sus problemas, ya sea que tengan hambre, sueño, quieran obtener algo físico o la atención de los padres.
Una crisis por autismo, no obstante, dura lo que la persona se estabilice emocional o sensorialmente, incluyó la psicóloga.
Recomendó evitar llegar al extremo de hacerle frente a una rabieta o a una crisis por autismo, en el caso de un berrinche, por ejemplo, demuéstrele mucha atención al menor, sea flexibles en cuanto a la elección de lo que quieren comer o hacer.
En cuanto a las crisis por autismo o meltdown, aconsejó hablarle en tono suave, calmado y tratar de retirarlo de lo que le está causando esa sobrecarga de estímulos, ya sean auditivos o visuales porque cuando hay muchas luces que parpadean, ellos se irritan, los ruidos muy fuertes, cuando mucha gente conversando, se suelen sentirse abrumados, entonces, lo ideal es tratar de retirarlo del área donde se está viendo agobiado.
Otro aspecto es la paciencia, buscar algo que les guste para desviar su atención, darles un abrazo (eso también los tranquiliza), es decir, que el niño se sienta seguro.
Nota y fotos: Edda Nereira