Entendiendo el contacto piel con piel

¿Sabías que el contacto físico de un bebé con la piel de sus progenitores cambia por completo el desarrollo de los recién nacidos? las primeras horas de vida marcarán para siempre la evolución de tu hijo y el latido de tu corazón guiará sus pasos.

Colocar al recién nacido, desnudo o con pañal, directamente sobre el pecho desnudo de la madre o el padre es crucial para el desarrollo del bebé, aportándole calor, seguridad y tranquilidad al conectar con sus cuidadores.

El contacto piel con piel se recomienda las primeras etapas tras el parto, reduciendo las horas de incubadora y permitiendo que el recién nacido se alimente de manera temprana y con la utilización de leche materna como principal fuente de nutrición.

“La madre canguro” como también es conocido este método, a nivel hormonal, colabora en la producción de oxitocina en la madre y el bebé; también, regula los niveles de cortisol disminuyendo los niveles de estrés en el infante.

Fisiológicamente, conectar las pieles proporciona seguridad y ayuda a la regulación de la frecuencia cardiaca y respiratoria del neonato, aportando, además, al desarrollo del tacto y la exploración del medio ambiente que le rodea.

«Hemos logrado grandes avances en la implementación del sistema madre canguro, permitiendo que bebés prematuros puedan ser extraídos de la incubadora y estén con su madre», explicó el pediatra neonatólogo Roberto Grimaldo, como parte de los esfuerzos que realiza la Caja de Seguro Social en la implementación de esta práctica a nivel hospitalario. 

De 4 a 6 horas al día es el plazo permitido y recomendado para esta práctica en salas de cuidado intensivo, y es recomendada la participación de ambos padres y cuidadores, dependiendo de lo estable que se encuentre el infante.

La Organización Mundial de la Salud menciona que el contacto piel con piel puede reducir la mortalidad neonatal hasta de un 20%.

Nota y fotos: Luis González