El HILDT y su incidencia en la salud de Panamá Este
El derecho al “grado máximo de salud que se pueda lograr” exige un conjunto de criterios sociales que propicien la salud de todas las personas, entre ellos la disponibilidad de servicios de salud, condiciones de trabajo seguras, vivienda adecuada y alimentos nutritivos.
La Licda. Yarlene Torres, jefa del departamento de Trabajo Social del Hospital Irma de Lourdes Tzanetatos de la Caja de Seguro Social, aclara que el derecho a la salud abarca libertades y derechos.
Entre las libertades se incluye el derecho de las personas de controlar su salud y su cuerpo (por ejemplo, derechos sexuales y reproductivos) sin injerencias (por ejemplo, torturas y tratamientos y experimentos médicos no consensuados).
Los derechos incluyen el derecho de acceso a un sistema de protección de la salud que ofrezca a todas las personas las mismas oportunidades de disfrutar del grado máximo de salud que se pueda alcanzar.
La adopción de medidas orientadas a respetar y proteger los derechos humanos afianza la responsabilidad del sector sanitario respecto de la salud de cada persona.
Torres, también, se refiere a las poblaciones desfavorecidas y derecho a la salud. Argumenta que los grupos sociales vulnerables y marginados suelen tener menos probabilidades de disfrutar del derecho a la salud. Señala además que, tres de las enfermedades transmisibles más mortíferas (paludismo, VIH/sida y tuberculosis) afectan desproporcionadamente a las poblaciones más pobres e imponen una carga tremenda a sobre las economías. Panamá, no escapa a ello. Por otra parte, la carga de morbilidad por enfermedades no transmisibles, está aumentando sobre las poblaciones de bajos ingresos.
En Panamá, el sector Este de la capital, donde se ubica este hospital, convive una población de responsabilidad en salud que supera las 600 mil personas y este centro hospitalario atiende a asegurados, beneficiarios y no asegurados, le cumple en la medida de su oferta de servicios y prestaciones en salud, a esta numerosa población entre los que cuentan aquellos grupos de población de mayor vulnerabilidad.
En este sector habitan originarios y otros grupos vulnerables que viven en extrema pobreza, que no son asegurados y aunque se les ofrece atención en este centro, no obstante, están expuestos a mayores tasas de enfermedad que afrontan dificultades importantes para acceder a una atención sanitaria de calidad y accesible, más allá de las que puede dispensar el HIDLT. Estos grupos registran tasas de mortalidad y morbilidad sustancialmente más altas que la población en general, a consecuencia de enfermedades no transmisibles tales como el cáncer, las cardiopatías y las enfermedades respiratorias crónicas.
En síntesis, un enfoque de la salud basado en los derechos humanos ofrece estrategias y soluciones que permiten afrontar y corregir las desigualdades, las prácticas discriminatorias y las relaciones de poder injustas que suelen ser aspectos centrales de la inequidad en los resultados sanitarios.
Nota: Gonzalo Delgado