Prevención de la Discapacidad Motriz en el Adulto Mayor

Según datos de la Secretaría Nacional de Discapacidad, de un total de 7,997 beneficiarios, el 64 % presenta discapacidad física, siendo el intervalo de edad predominante el de los adultos mayores (65 años y más). Por ello la prevención de la discapacidad motriz en este grupo etario es crucial.

La Dra. Ana Brito, jefa del servicio de Geriatría del Hospital Irma de Lourdes Tzanetatos (HILT) de la Caja de Seguro Social (CSS), explica que para prevenir la discapacidad motriz en el adulto mayor, es esencial mantener un estilo de vida saludable desde la juventud, evitando enfermedades cardio-metabólicas que puedan conducir al desarrollo de discapacidades, como la enfermedad cerebrovascular.

A su vez,  destaca la importancia de una alimentación adecuada, con una ingesta óptima de proteínas, y de realizar actividad física regular a lo largo de la vida.

“Es igualmente fundamental que los familiares apoyen al adulto mayor para que mantenga su independencia, evitando la sobreprotección, ya sea parcial o total, que podría limitar su funcionalidad”, indicó la geriatra.

La Dra. Brito agrega que a partir de los 40 años, la masa muscular comienza a descender y se puede desarrollar sarcopenia, una condición caracterizada por la pérdida de fuerza, calidad y función muscular.

A este proceso contribuyen factores nutricionales, como la disminución en la ingesta de proteínas, así como condiciones asociadas al envejecimiento, como la artrosis de rodillas, que limita la movilidad debido al dolor o la deformidad.

Manifestó que  muchos adultos mayores se resisten al uso de dispositivos de apoyo, como bastones o andaderas, y prefieren limitar su movilidad, lo que resulta en una pérdida aún mayor de masa muscular. Este ciclo de movilidad reducida, menor tasa metabólica, ingesta insuficiente de alimentos, desarrollo de fragilidad, riesgo de caídas y mayor dependencia es un claro ejemplo de cómo intervenciones oportunas pueden reducir la discapacidad.

Es importante mencionar que, en la consulta externa del servicio de Geriatría, más del 50 % de los pacientes presenta signos clínicos de sarcopenia, especialmente en el grupo de personas de 75 años o más, señaló la especialista

La Dra. Brito también puntualizó  que en el adulto mayor esta afección puede prevenirse mediante la intervención en la prevención y control de enfermedades crónicas, como las enfermedades cardiovasculares, que pueden generar

discapacidad súbita, o enfermedades como la insuficiencia cardiaca o la pulmonar crónica, que al progresar aumentan la dependencia debido a la pobre tolerancia a la movilidad.

Para la atención de estos pacientes, se cuenta con un equipo interdisciplinario integrado por geriatras, médicos de rehabilitación y nutricionistas, quienes evalúan a los pacientes con riesgo de deterioro funcional o con dismovilismo, con el objetivo de mejorar su funcionalidad y calidad de vida.

Cabe señalar que además de la falta de movilidaid, existen otros tipos de discapacidad, como las sensorial y mental, para las cuales también existen mecanismos de prevención y tratamiento.

Nota y Fotos: Zoraida Sánchez