Adolescencia, una etapa difícil de manejar

La adolescencia es una etapa de la vida que  inicia a los 10 años y termina a los 19, aunque estudios actuales señalan que puede finalizar a los 25, cuando el cerebro termina de madurar.

Ricardo Domínguez, psicólogo de la Policlínica Manuel Valdés Ferrer,  explicó que en el cerebro de un adolescente pasan un sinfín de sucesos, el más importante, es la maduración de la corteza prefrontal, que es responsable de la toma decisiones y controlar la conducta, entre otras,  de ahí que el adolescente sea más arriesgado sin medir consecuencias.

“La gran mayoría de adolescentes atraviesa esta etapa sin mayores complicaciones y un  porcentaje muy bajo presentan problemas de salud mental”, aclaró.

Explicó que con los cambios hormonales y la rebeldía la clave es la comunicación, ya que los adolescentes, aunque parezca que no escuchan, lo hacen y meditan sobre lo que los padres y figuras de autoridad les hablan.

 Estas conversaciones se deben hacer sin juzgarlos, esto no quiere decir que no se le puede llamar la atención, pero hay que escucharlos para entender la lógica de sus acciones,  y  lo más importante,  ser modelos para ellos.

Ricardo Domínguez, psicólogo

El psicólogo mencionó que los cambios hormonales afectan todos los entornos, empiezan las comparaciones con sus pares, conflictos de ideas con sus papás, conflictos con ellos mismos, afecta todo.

Resaltó que actualmente se ha dado un incremento en este grupo etario, en Panamá, de intentos de suicidio, fugas de casa, cortes en la piel (entre los más graves).

Importancia de gestionar las emociones

Advirtió que los adolescentes en estos tiempos no tienen los recursos emocionales y esto no los hace ser frágiles, el tema es que la comunicación y el mundo han cambiado.

 “En otros tiempos al menos uno de los padres estaba en casa, y  había esa comunicación con ellos,  pero,  ahora el adolescente llega a casa, está solo y se refugia en  las redes sociales,  en los aparatos electrónicos”.

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El profesional en salud mental afirmó que un estudio señala que la empatía a raíz del uso de redes sociales, ha disminuido,  ya que al no ver ejemplos físicos o presenciales de seres humanos con acciones empáticas, como: ayudar o escuchar al otro, no lo aprenden.  

En redes sociales solo se aprende el egoísmo los “likes”,  entonces cuando algo le pasa al adolescente, no tiene como gestionar la mala nota, o que le quitaron el celular  y recurre hacerse daño.

“No tienen  las herramientas para poder gestionar sus emociones,  en ocasiones  ni las conocen. Le preguntas a un adolescente qué es la alegría? Para qué sirve?; Qué es la tristeza, el enojo y no te lo pueden responder porque nunca lo trabajan.  

Es de ahí que ha venido un tsunami de hacernos daño, y al final el hacerse daño o intentar quitarse la vida, no es el objetivo, es porque quieren  acabar con el dolor que están sintiendo que son dos cosas diferentes”, enfatizó.

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Recomendó que las emociones deben iniciar desde que la mamá amamanta al niño, transmitiéndole cómo se siente. “Nosotros los padres somos el espejo en donde ellos se van a ver.  

Por ejemplo, si fallece un ser querido y la persona dice que yo no llore, porque no quiero que mis hijos me vean llorar. ¿Qué le estás diciendo?,  que se debe reprimir la emoción que tiene de que perdió a alguien importante”.

Es necesario que las emociones siempre se puedan hablar y expresar y verlas en el otro (en lo padres), dijo el psicólogo,  al tiempo que “ir enseñándolas  y  darle nombre a las emociones,  para que cuando vayan  creciendo, sepan identificarlas.

“No hay emociones ni buenas ni malas,  las emociones se sienten,  lo que está bien o mal es lo que vamos hacer con ellas”, resaltó  Domínguez y se refirió que al fomentar las emociones desde el día que se nace, e ir enseñando las emociones como son y que es permitido sentirlas, esto en un fututo tendrá adolescentes y adultos con más herramientas para poder manejar las emociones que sentirán a lo largo de la vida.

Nota: Tharyn Jiménez V.

Fotos: Archivo CSS