¿Sabe qué es la parasitosis infantil y cómo puede afectar a su hijo?
La parasitosis es un problema de salud pública frecuente en edades pediátricas y que, generalmente, está relacionada directamente con los problemas sociales del área donde se reside, como lo son la mala disposición de los desechos orgánicos y basura, falta de un buen servicio de agua potable, hacinamiento, pobreza y falta de higiene personal – ambiental, explicó la Dra. Giselle Mirones, pediatra de la Policlínica Manuel María Valdés, en San Miguelito
Agregó que los parásitos se pueden contraer por diferentes vías: unos entran por la boca, al consumir carnes con pobre cocción (trichuriasis, toxoplasmosis), a la inadecuada manipulación y contaminación de los alimentos y al tomar agua no potable o mal almacenada (áscaris, enterobiasis, amebiasis), además de que las mascotas que no mantienen sus tratamientos antiparasitarios al día se convierten en vectores.
Destacó que otros parásitos atraviesan la barrera de la piel, como las uncinarias, y mediante picaduras de insectos, produciendo así enfermedades como Chagas, malaria y leishmaniasis. Pueden causar una variedad de síntomas, desde leves molestias gastrointestinales hasta complicaciones severas, que varían dependiendo del agente causal, y pueden ser: fatiga, cansancio, anemia, molestias abdominales, distensión abdominal, vómitos, diarrea con o sin sangre y lesiones en la piel.
Es de vital importancia que la comunidad en general conozca que el impacto de las infecciones parasitarias es amplio y afecta especialmente a los niños, quienes son más vulnerables a desarrollar desnutrición y problemas de desarrollo debido a estas infecciones. Las infestaciones recurrentes pueden propiciar dificultades en el aprendizaje y un desarrollo físico de los infantes.
Se recomienda acudir a su médico ante presentación de síntomas, para recibir el tratamiento adecuado y asistir a los controles periódicos de salud de manera regular.
Como medidas fundamentales para la prevención, se recomienda:
• Higiene personal: enseñar a los niños a lavarse las manos, frecuentemente, con agua y jabón; especialmente, limpieza estricta debajo del borde de las uñas, antes de las comidas y después de usar el baño.
• Alimentos seguros: consumir alimentos bien cocidos y lavar bien frutas y verduras.
• Acceso a agua potable y, en caso contrario, almacenarla bien y hervirla antes de su consumo.
• Uso de calzado y control de vectores.
• Cuidado con las mascotas: mantener a las mascotas desparasitadas y evitar el contacto con sus heces.
• Mantener áreas limpias: limpiar y desinfectar, regularmente, las áreas de juego y los objetos con los que los niños están en contacto frecuente.
• Control de los manipuladores de alimentos.
• Buena disposición de la basura.
Para evitar la recurrencia es necesario completar el ciclo de tratamiento antiparasitario, según lo recetado por un médico. Además, mantener la higiene y supervisar a los niños para asegurar que cumplan las prácticas mencionadas.
Examinar a todos los miembros del hogar y las mascotas podría ser necesario para evitar la reinfestación.
Nota y fotos: Evidelia Velásquez