Virus Oropouche: un desafío en crecimiento para la salud pública en Panamá
La propagación del virus Oropouche en Panamá ha generado preocupación en la comunidad científica y de salud pública. Expertos advierten que el cambio climático está favoreciendo su expansión y que el país ha sido clasificado en nivel de alerta 2.
Durante la más reciente jornada de capacitación en la Ciudad de la Salud (CIDELAS), expertos nacionales e internacionales analizaron el impacto de este arbovirus, su relación con el cambio climático y las estrategias necesarias para su contención.
El Dr. José Antonio Suárez, investigador del Sistema Nacional de Investigación y miembro del grupo Infecto Trópico, destacó que la presencia del virus en áreas como San Miguelito, Chilibre y Bejuco sugiere que el mosquito vector y los reservorios del virus han estado activos en el país por un tiempo considerable. “El virus Oropouche parecía dormido en Panamá, pero desde noviembre hemos visto un aumento significativo de casos, especialmente en Darién y otras regiones del país”, explicó Suárez.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) han clasificado a Panamá y Brasil (en la zona de Espírito Santo) en nivel de alerta 2, lo que implica la necesidad de extremar las medidas de prevención. Según los expertos, el cambio climático está favoreciendo la persistencia del virus y su propagación en nuevas áreas.
La Dra. Laura Naranjo, directora científica de integración de proyectos de Infecto Trópico, advirtió que la alteración de los ecosistemas debido a la deforestación, el urbanismo y las migraciones está contribuyendo a la expansión de enfermedades transmitidas por vectores. “El cambio climático no solo modifica el ambiente, sino también el comportamiento de los virus y sus vectores. No podemos predecir con exactitud cómo evolucionará la situación, pero es claro que debemos actuar desde un enfoque integral”, enfatizó.
Uno de los principales retos es la identificación temprana de los síntomas de la fiebre de Oropouche, que incluyen fiebre, dolor de cabeza, mialgia y en algunos casos, complicaciones neurológicas. El Dr. Suárez señaló que la enfermedad tiene un patrón bifásico, lo que puede dificultar su diagnóstico y manejo. “No contamos con un tratamiento antiviral específico, por lo que la atención debe centrarse en el manejo sintomático y en la prevención de complicaciones”, explicó.
Además del aspecto clínico, se subrayó la importancia de fortalecer las estrategias de salud pública, incluyendo campañas de sensibilización y el control de los mosquitos vectores. La Dra. Paula Duarte, coordinadora de Gestión por Procesos de la Dirección Médica de CIDELAS, insistió en que la educación de la comunidad es clave para reducir el impacto del virus. “Empoderar a la población con información confiable puede hacer la diferencia en la contención de la enfermedad”.
El Dr. Roderick Chen Camaño, subdirector médico de Docencia e Investigación de CIDELAS, resaltó la necesidad de continuar con espacios de formación como los Miércoles de Docencia, donde se abordan temas de relevancia en salud pública. “Este tipo de capacitaciones fortalecen el conocimiento de nuestros profesionales y nos preparan mejor para enfrentar los retos epidemiológicos que surgen con el tiempo”, concluyó.
La vigilancia epidemiológica y la colaboración entre las autoridades sanitarias, investigadores y la comunidad serán fundamentales para enfrentar el virus Oropouche en Panamá. Con el cambio climático como un factor determinante en su propagación, el país debe mantenerse alerta y reforzar las medidas de prevención para mitigar su impacto.
Nota de prensa: Blanca Peralta de Farrugia
Vídeo y fotos: Neon Batista