Permita que su hijo alcance su máximo potencial a través de los controles médicos
Mientras transcurre la niñez ocurren muchos cambios físicos y mentales en los infantes, que van marcando cada etapa de su vida.
Aunque por fuera pudieran presentar una fisonomía llena de vigor, no dejan de pasar por la mente de los progenitores interrogantes como: si el buen estado de la salud de su hijo es verdadero o es aparente.
La pediatra con especialización en neurodesarrollo Marta Ceballos resaltó que una forma excelente para asegurar que cada niño alcance su máximas capacidades físicas, sociales y cognitivas es a través de la realización de los controles de seguimiento y desarrollo.
Preponderó que dichos chequeos no solo garantizan que el infante esté creciendo y desarrollándose adecuadamente, sino que también les ofrece la tranquilidad a los padres de saber que su pequeño está recibiendo el cuidado que necesita para poseer un futuro sano.
Dentro de esas acciones, detalló que es primordial vigilar el crecimiento en peso y talla, puesto que da una visión clara del estado nutricional y general del niño, convirtiéndose en uno de los pilares en cada control.
La experta puntualizó que es fundamental supervisar todos los dominios del desarrollo del niño, entre ellos:
- el cognitivo
- el social
- de lenguaje
- habilidades motoras finas
- habilidades motoras gruesas
Con respecto a las habilidades motoras, sostuvo que estas reflejan el desarrollo del sistema nervioso y muscular.
«Caminar, saltar o manipular objetos son indicadores de un desarrollo motor saludable», agregó.
Sobre las razones por las que es importante detectar cualquier retraso en estas áreas -señaló la especialista que labora en la Caja de Seguro Social- es que permite intervenir cualquiera situación a tiempo, asegurando que el niño tenga las bases necesarias para aprendizajes más complejos en el futuro, como la escritura, la coordinación y la práctica de deportes.
Conjuntamente, aseguró que también influyen en la confianza y autonomía del niño, aspectos fundamentales para su bienestar emocional.
«Cualquier desviación en estos parámetros puede ser un indicativo temprano de problemas, como trastornos nutricionales o enfermedades crónicas», añadió.
Un detalle a tomar en cuenta es que los controles médicos se adaptan a la edad, ya que cada etapa tiene sus propios requerimientos y necesidades.
Los primeros años son un período de crecimiento acelerado y de desarrollo de habilidades fundamentales y a medida que el niño crece, los controles se enfocan más en la consolidación de esas habilidades.
En la adolescencia, se debe supervisar el desarrollo hormonal, el crecimiento y el bienestar emocional, para prevenir problemas futuros y apoyar al adolescente en su camino hacia la adultez.
Como recomendación final, la doctora Ceballos invitó a los padres el realizarles a sus hijos estos controles de crecimiento y desarrollo, y que no subestimen su importancia, puesto que cada visita es una oportunidad para asegurar que su hijo esté en el camino correcto hacia una vida saludable y plena.
«La prevención y detección temprana son nuestras mejores herramientas para garantizar que cada niño tenga la oportunidad de alcanzar su máximo potencial. Además, estos controles son un espacio donde los padres pueden resolver dudas y recibir orientación, fortaleciendo así el vínculo con su hijo», concluyó.
Reportaje: Diamar Díaz Nieto
Fotos: Ilustrativas /CSS