Aprender sobre la monoterapia, cómo, cuándo y con quién emplearla

A la utilización de un solo medicamento para darle tratamiento a una afección o enfermedad específica se le denomina monoterapia.

El objetivo numérico de la terapia con medicamentos antihipertensivos o para otra afección se establece mediante el equilibrio entre la reducción del riesgo cardiovascular y la posibilidad de efectos secundarios; generalmente, se puede implementar en el adulto que goza de una excelente salud, mayor de 85 años y que su fragilidad sea moderada.

La fragilidad es la condición de mayor vulnerabilidad a los factores estresantes que conduce a una menor capacidad para cambiar posibles eventos negativos agudos y una menor capacidad para mantener la homeostasis (mantenimiento de sistemas internos ajustados a pesar de los cambios en el exterior), explicó la Dra. Paulina Lopera, residente de cuarto año de la especialidad de geriatría, en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo Arias Madrid.

Para detectar la fragilidad de un adulto mayor se realizan 5 preguntas:

  • ¿Está usted cansado?
  • ¿Es incapaz de subir un piso de escaleras?
  • ¿Es incapaz de caminar una manzana?
  • ¿Tiene más de 5 enfermedades?
  • ¿Ha perdido más del 5% de su peso en los últimos 6 meses?

De 1 a 2 afirmativas, es una persona prefrágil; 3 o más, es frágil.

De acuerdo a la escala clínica de fragilidad de Rockwood (sistema de evaluación) los pacientes se clasifican en:

  • Robustos: los que no tiene enfermedades o solo tiene 1 enfermedad crónica sin dependencia, además algunos se ejercitan y otros son sedentarios, pero se mantiene estables.
  • Vulnerables: sus síntomas limitan su funcionalidad, son sedentarios, un poco lentos, pero sin dependencia.

Los pacientes que tienen una fragilidad leve, se mueven perfectamente dentro de la comodidad de su casa.

La fragilidad moderada se refleja en la persona que necesita ayuda en todas las actividades externas y con el mantenimiento de la casa.

Mientras que la fragilidad severa mantiene al paciente en cama y depende totalmente de un cuidador.

La Dra. Lopera señaló que, no todos los adultos mayores requieren ser vistos por un geriatra, porque solo presentan hipertensión, están bien controlados, no hay problemas cognitivos y son autosuficientes. En estos casos se les podrá aportar a su salud con algunos consejos, pero no es menester tener a este especialista como médico de cabecera.

«Sin embargo -agregó la doctora- el paciente frágil o prefrágil, es un paciente que sí necesito ver, para hacer una valoración y luego se podrán implementar estrategias que se adapten a la persona, con el fin de volverlo un paciente robusto, que salga del renglón de fragilidad. Es importante reconocerlos para poder tratarlos».

Para asistir al geriatra deben ser referidos por médicos de medicina familiar. Es un proyecto que se está ampliando, para que el especialista puede identificar la escala de su fragilidad, individualizando los casos, con los tratamientos adecuados y educando en la medida del fármaco que le corresponda, concluyó la Dra. Lopera en la docencia que brindo a los médicos de la Policlínica Don Alejandro de la Guardia, Hijo, de Betania.

Nota y fotos: Giovanna Rodríguez Cáceres