Un año de pandemia con huellas de tristeza e impotencia
Miedo, paranoia, tristeza, depresión, impotencia y zozobra, son algunos de los términos en común que utiliza el personal de salud y administrativo de la Caja de Seguro Social (CSS) para describir lo que a la fecha envuelve al mundo entero, y que hoy, 9 de marzo de 2021, cumple un año de estar en Panamá: La COVID-19.
En la Policlínica «Dr. Santiago Barraza», en la Chorrera, Jania Peña es oficial de Atención al Asegurado, y con un nudo en la garganta dice que ‘ha sido un año muy duro’. Recuerda que a diario veía una procesión de pacientes en busca de atención por sospecha de COVID-19, unos con el aliento pausado, otros que apenas podían respirar y en general escenas desgarradoras.
‘Eran muchos… conocidos de trabajo y personas allegadas. Hemos sufrido mucho la pérdida de personas muy queridas, de gente que no sufría de nada pero que terminó contagiada por el virus y murió’, es el relato que al término de un año hace Jania, mientras sigue haciendo su trabajo de atención al asegurado.
Para febrero y marzo de 2020 las docencias sobre el manejo del virus ‘eran ambiguas, nadie sabía en realidad a lo que nos enfrentaríamos, hasta que lo vivimos….’. Hoy trascurrido 365 días de lidiar con la pandemia el país entero honra la memoria de 5934 personas que perdieron la batalla.
Panamá Oeste, desde que inició la alerta, se posicionó como la segunda provincia con más casos positivos, a lo que una batería de médicos tuvo enfrentarse, y contabilizar a la fecha 65 024 casos acumulados.
El señor Mercedes Gómez, quien trabaja en Servicios Generales de la Policlínica ‘Juan Vega Méndez’, en San Carlos, comparte que siempre tuvo miedo. Se encarga de la desinfección en áreas sensitivas como urgencias, respiratorios y Clínica de Heridas, entre otros.
Su compromiso con el trabajo lo llevó a doblegar el miedo y resume el año ‘como un golpe duro, al que todos hemos tenido que enfrentarnos’. La rigurosidad en las medidas de bioseguridad, que aplicó y aprendió con el paso de los días, lo llevó a mantenerse él y su familia libre de COVID-19.
Para el Dr. Efraín Bernal, odontólogo, en la Policlínica ‘Dr. Santiago Barraza’, en La Chorrera, la historia no es distinta. Los años que tiene lo colocaban en desventaja; sin embargo, no fue impedimento para poner en pausa el oficio y dedicarse a lo que nunca había hecho, ‘hisopado’; que es la prueba para determinar si existe el virus o no en la persona.
De igual forma, Julibeth Mendoza, asistente de odontología en la Policlínica de San Carlos, dice que lo más importante en este tiempo es que ‘pudimos seguir adelante a pesar de todos los obstáculos, como un equipo’.
‘Nadie está preparado para trabajar 24 horas, pero lo hicimos. Tuvimos que abandonar a la familia, nos dedicamos a nuestro equipo y a trabajar como una sola provincia’, es el testimonio de la Dra. Herminia Mariscal, directora institucional de la CSS en Panamá Oeste.
Sobre ella está la responsabilidad de las 10 instalaciones de salud en la provincia, y si de algo está segura es de que ‘no hubo tiempo para llorar, porque la responsabilidad era primero’.
Hoy, como una luz en el camino, todo el personal de primera línea cuenta con la dosis de la vacuna, y la población en general está próxima a inocularse, se le quiebra la voz y reconoce el profundo dolor por la pérdida de colegas amigos y de ver cómo quedó gente desprotegida.
‘La misión no ha terminado, seguimos enfrentándonos a la pandemia, y de eso debe estar clara la población: no hay que descuidar las medidas sanitarias porque la pandemia no ha terminado’, concluye.
En la provincia de Panamá Oeste se armaron estrategias de contención de los casos, que incluyó jornadas de prevención en sitios de alto tráfico, jornadas de hisopados, casa a casa; sitios exclusivos de atención para pacientes con problemas respiratorios, se reorganizaron los servicios y se entregaron medicamentos en casa a pacientes con enfermedades crónicas para evitar la aglomeración y riesgos de los adultos mayores.
Con la llegada de las vacunas, el equipo de enfermería se prepara para la aplicación de la segunda dosis al grupo de la primera fase, y seguir con la segunda fase en las escuelas habilitadas por el Ministerio de Salud.
Nota de prensa: Gilberto Soto
Foto y video: Javier Barrera