Medicina interna del HIDLT en tiempos de la COVID-19

La medicina interna es una especialidad médica, clínica básica, que se dedica a la  atención integral del adulto enfermo, enfocándose en el diagnóstico oportuno, tratamiento no quirúrgico y en establecer estrategias de prevención y seguimiento. 

«El término integral explica lo fundamental en el desarrollo de esta especialidad, ya que se incorporan a los conocimientos clínicos y científicos, los aspectos psicosociales de los pacientes, de tal forma que seamos capaces de proponer, de manera individualizada, las mejores recomendaciones para cada caso», indicó la Dra. Lizeth Pinilla, especialista en Medicina Interna y jefa encargada de esta sala.

Las funciones que desempeña el médico de medicina interna incluyen: la atención de pacientes hospitalizados, la atención de consulta externa, la docencia a médicos internos y residentes, interpretación de estudios clínicos y de imagen, así como el apoyo a los servicios quirúrgicos en las evaluaciones preoperatorias, y recomienda medidas terapéuticas preventivas para reducir los riesgos de complicaciones cardiovasculares o metabólicas en la intervención quirúrgica.

Testimonio de la especialista

“La COVID-19 representó un reto para todo el sistema hospitalario. Como internista, teníamos esa capacidad y disposición para atender a un paciente COVID, desde su ingreso a la sala, el manejo de asistencia con ventilación mecánica, su rehabilitación, hasta su regreso a casa”, explicó la doctora Pinilla.

“Tuvimos la responsabilidad de manejar pacientes complejos con diferentes comorbilidades (hipertensión arterial, diabetes, obesidad, pacientes reumatológicos, HIV, postrasplantados y oncológicos) y COVID, enfocándonos  en mantener estas enfermedades compensadas durante el tratamiento, y no fue fácil”, resaltó.

Otros aspectos que afectaron, tanto al paciente como al especialista a cargo, fue que con las medidas de bioseguridad, que son de vital importancia, se afecta la relación de contacto y seguridad emocional que estábamos acostumbrados a brindar a los pacientes.

La especialista manifestó: “Además de profesionales, somos seres humanos, y durante esta pandemia hemos enfrentado un sinnúmero de emociones, como miedo, frustración, impotencia, alegría (en los casos que fue posible la recuperación del paciente) y tristeza, pero de la mano de Dios encontramos las fuerzas para continuar con nuestro aporte en esta dura realidad que presentamos”. 

Sostuvo que en en la sala de medicina interna se llegaron a hospitalizar  más de 70 pacientes al día; de los cuales, aproximadamente entre 18 a 20 de ellos, eran pacientes críticos con apoyo de ventilación mecánica, y “contábamos con pocos especialistas para cubrir todos los turnos, por lo que nos comprometimos, los pocos que estábamos, a apoyarnos el uno al otro para llevar el trabajo adelante».

La Dirección del Hospital “Irma de Lourdes Tzanetatos” tomó la decisión de transformar la sala de medicina interna, prácticamente en un área de semi-intensivo, con nuevos equipos y monitores para el adecuado seguimiento de los pacientes críticos.

“Esta era una enfermedad nueva, a la cual nos estábamos enfrentando y no era como otras. Crecíamos en conocimiento, en un manejo clínico y emocional, a pesar de la presión de la inseguridad del contagio de los pacientes y familiares”, indicó la Dra. Pinilla.   

Además, de este nuevo reto que representó la COVID, el médico internista no dejó de desempeñar sus otras actividades y de apoyar a los servicios quirúrgicos, entre otros. Continuó coordinando la atención de pacientes con diferentes subespecialidades para el manejo de los casos.

La medicina interna es una especialidad integral, en la que se evalúan las diferentes morbilidades que tiene el paciente, además de los problemas psicológicos, sociales; trata de guiar al paciente para que pueda completar el tratamiento y hacer los cambios en su estilo de vida, pertinentes para optimizar los resultados. 

Nota / Fotos: Zoraida Sánchez