La infancia como período crucial en el desarrollo del niño
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) a través del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) conmemora el Día Universal del Niño el 20 de noviembre, fecha en la que la Asamblea General de la ONU aprobó la Declaración de los Derechos del Niño en 1959.
Esta declaración, que no tenía legalmente carácter vinculante, no era suficiente para proteger los derechos de la infancia.
Tras diez años de negociaciones con gobiernos de todo el mundo, líderes religiosos, ONG, y otras instituciones, se logró acordar el texto final de la Convención sobre los Derechos del Niño, el 20 de noviembre de 1989, cuyo cumplimiento es obligatorio para todos los países que la han firmado.
Este día mundial recuerda que todos los niños tienen derecho a la salud, la educación y la protección, independientemente del lugar del mundo en el que hayan nacido.
Dedicar un día internacional a la infancia también sirve para hacer un llamado mundial sobre las necesidades de los más pequeños y para reconocer la labor de las personas que cada día trabajan para que los niños y niñas tengan un futuro mejor.
Importancia del período de la infancia
La doctora Tania Navarro del departamento de paido-psiquiatría del Hospital de Especialidades Pediátricas “Omar Torrijos Herrera” (HEPOTH), explica que una infancia feliz beneficiará grandemente al individuo en su etapa adulta.
Durante su vida, señala la especialista, el ser humano, experimenta una serie de cambios activos y dinámicos que conforman su desarrollo.
La infancia es una etapa del desarrollo humano que abarca desde la gestación hasta aproximadamente los 11 años, donde tienen lugar más procesos de desarrollo y cambios de mayor intensidad.
Aunque el desarrollo se prolonga a lo largo de toda la vida, lo que ocurre durante los primeros años tiene una importancia trascendental para la vida futura del individuo, de allí la relevancia de garantizar que toda niña y niño goce de las condiciones necesarias para que este proceso se complete de manera óptima.
Por su parte, la licenciada Yaritza Méndez, encargada del Departamento de Trabajo Social del HEPOTH hace énfasis en que la infancia es un período mayormente de aprendizaje.
Durante la infancia se aprenden las bases del conocimiento que posteriormente ayudan a consolidar la etapa adulta.
Períodos de la infancia
La infancia se divide en cuatro períodos principales:
1. Infancia (desde el primer día de vida hasta un año).
2. Infancia temprana (niños de 1 año a 3 años).
3. Edad preescolar (de 3 años a 7 años).
4. Edad escolar primaria (de 7 años a 11 años).
¿Qué determina una infancia óptima?
La doctora Navarro señala que existen ciertas condiciones o características que le permiten al ser humano, estimular y completar su normal desarrollo. A éstas, se les conocen como “necesidades básicas”, las cuales son universales e independientes del aspecto cultural e incluyen aspectos físico-biológicos, cognitivos y sociales.
En términos generales, las necesidades básicas son:
- Necesidades físicas: Alimentación, descanso, higiene, vivienda, vestido, atención de salud, espacio exterior, ejercicio físico.
b. Seguridad: Protección de riesgos físicos, entorno seguro y libre de violencia.
c. Necesidades emocionales: Amor, vínculos afectivos y de confianza con sus cuidadores, comunicación eficiente, bases firmes de autoestima y autonomía, crianza y cuidados adecuados.
d. Necesidades sociales: Formar parte de una familia, de juego y tiempo de ocio, relaciones con pares, interacción segura con otros adultos, independencia, aceptación, educación.
e. Necesidades cognitivas: Integridad y maduración del sistema nervioso central, estimulación ambiental, educación formal.
La infancia es parte de las primeras etapas de desarrollo de la persona, que influyen en lo que será como adulto, por ello requiere de una atención dedicada por parte de los padres o cuidadores que acompañan al niño para que puedan tener un crecimiento saludable.
Por su parte, la licenciada Méndez señala que al niño hay que darle su espacio para que desarrolle sus capacidades en libertad.
Rol de los padres
Explica la doctora Navarro que la atención y la satisfacción adecuada de todas las necesidades en esta etapa, hacen posible que los procesos de desarrollo durante los primeros años se completen de forma óptima.
Los niños necesitan ser cuidados por adultos afectuosos, responsables, sensibles y atentos a sus necesidades y que sepan interpretar sus señales y responderle adecuadamente en todo momento.
El afecto incondicional unido a la disponibilidad permanente de los cuidadores son ingredientes esenciales para el establecimiento de un vínculo afectivo y seguro que asienta la base para un desarrollo productivo.
El rol del Departamento de Trabajo Social
La licenciada Méndez explica que la labor del Departamento de Trabajo Social es ayudar a que el niño que presente ciertas dificultades debido a una condición de salud o por problemas externos, tenga una infancia óptima.
El primer paso sería evaluar la situación social del paciente y su entorno. Las relaciones en el hogar, si están ambos padres o no y determinar aquellas cosas que podrían afectarle.
Posteriormente se brinda consejería y orientación a los padres de familia para que mantengan buenas relaciones familiares, pese a problemas como divorcios, situación económica o social.
Se realizan actividades educativas de promoción y prevención como charlas, exposiciones, ferias de salud, entre otras.
De igual forma se organizan eventos recreativos donde los niños pueden liberar su creatividad y divertirse sanamente, incluyendo a los niños hospitalizados.
Conclusiones
Según la licenciada Méndez estas serían algunas recomendaciones para que los padres puedan lograr una infancia saludable para sus hijos:
Brindarle amor y respeto: Exprésale tu amor incondicional a cualquier edad con palabras, sonrisas y gestos. El niño debe sentirse amado y respetado.
Prestar atención a lo que nos dicen y a lo que no: Esto permite conocerlos más y darnos cuenta si tienen una preocupación o necesidad. Es importante ofrecerles calidad de atención.
Procura que vivan momentos de alegría: Para crecer saludablemente deben estar en un ambiente amigable. Esto contribuirá a su bienestar físico y emocional y no necesariamente implica regalar cosas materiales pues el mejor regalo que le puedes dar a tu hijo es pasar tiempo con él.
Se les debe guiar mediante pautas para que puedan saber lo correcto y lo incorrecto: Predicar con el ejemplo es la mejor lección de vida pues los niños son muy observadores. Si sus padres hacen una cosa y dicen otra, lo sabrán.
Ofrecerle un ambiente de seguridad: El niño no debe crecer con miedo y por el contrario está llamado a desarrollar seguridad en sí mismo. Esto les ayudará en su vida académica, mejorará su salud y cultivará mejores relaciones interpersonales.
Inculcar valores: Los valores como la solidaridad, respeto, amor, tolerancia y humildad, entre otros, son los mejores legados que les puedes dejar a tus hijos y estos los aprenden en casa. Si los padres de familia los practican, el niño tendrá un ejemplo a seguir.
Nota: Alberto Velarde
Fotos: Alberto Velarde/Google