Estableciendo estrategias positivas para alcanzar sus metas

Las hojas del calendario van cayendo y con ellas muchas personas empiezan a hacer un recuento de los logros y las lecciones alcanzadas en el año.

No es de extrañar que en la búsqueda de la superación se establezcan metas y en ese arqueo personal le coloquemos un  ganchito positivo a cada uno de los propósitos alcanzados.

Entre esas aspiraciones, hay quienes anotan a esa nueva lista deseos e intenciones como volver a estudiar, bajar las libras de más, salir a caminar todos los días, aprender un nuevo idioma, comprarse un auto o, de pronto, realizar acciones que parecieran más sencillas como el levantarse más temprano.

Manifestar esas aspiraciones genera tan solo con pensarlas mucha felicidad en especial si se avanza con pie firme en dichos planes; sin embargo, si al pasar el tiempo, no se concretan, puede que quien se las propuso, sienta frustración, decepción o tristeza.

La psicóloga Mayra Holligan de la Caja de Seguro Social indicó que las emociones y los pensamientos positivos nos ayudan a abrirnos a nuevas posibilidades puesto que tenemos más capacidad para aprender y desarrollar nuestras habilidades, lo que nos lleva a un mejor desempeño en las tareas y las evaluaciones.

Precisó que es saludable trazar metas pues nos ayuda a desarrollar de manera organizada propósitos u objetivos.

Para que sean positivas esas intenciones, destacó que es importante crear planes realistas, a corto, mediano y largo plazo.

Reconoció que en ocasiones, antes de llevar a cabo una meta, vienen  ideas a la mente como “va a ser imposible”, “no lo voy a conseguir” o “es muy difícil”. Este tipo de pensamientos se convierten en  barreras para avanzar, por eso, son  llamados “creencias limitantes” o profecía autocumplida.

Puntualizó que existen emociones que benefician o dificultan el aprendizaje o el desarrollo de las metas, razón por la cual se encuentran entre los temas  principales que se abordan  en consulta.

Algunos de esos sentimientos y emociones son la seguridad, entusiasmo, alegría, expectación, asombro, sensación de triunfo, curiosidad, miedo, ansiedad, tensión, ira, enfado, culpabilidad, aburrimiento, envidia y celos.

Afirmó que en terapia se trabaja  en la voz interna del paciente para lograr que sean empáticos con ellos mismos en las situaciones que puedan ser difíciles o de mayor esfuerzo.

Precisó la importancia de tratarse con más cariño, siendo más flexibles, tomando en cuenta que las metas pueden irse modificando en el trascurrir del tiempo y que se puede cambiar de dirección por factores que algunas veces son ajenos, debido a  situaciones fortuitas.

Lo importante es no dejar de lado el deseo de tener siempre un propósito, tal como lo dijo el orador y motivador norteamericano Les Brown: «Apunta al infinito. Aunque falles, aterrizarás entre las estrellas».

Reportaje: Diamar Díaz Nieto