Caminar en puntilla no es correcto, mucha atención

Que un niño camine de puntas (se le denomina deambulación en puntillas) no es muy frecuente, pero se puede producir por antecedentes obstétricos, gestacionales o los que provienen del neurodesarrollo (desarrollo anómalo en el cerebro inmaduro que controla la función muscular);  también puede darse por tono muscular y hasta  trastornos de movimientos.

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Hasta los 2 o 3 años la marcha del infante es algo inestable e insegura, pero con el tiempo debe ir perfeccionándola hasta lograr el patrón correcto de talón/punta, explicó Dayira Charles Suñé, especialista en Estimulación Temprana de la Policlínica “Don Alejandro De La Guardia, Hijo” de Betania.    

Resaltó que en ocasiones, esta forma de caminar es transitoria, pero también se puede relacionar con alteraciones de la psicomotricidad fina y gruesa o la sensorial,  trastorno del espectro autista (tea), dificultades específicas del aprendizaje o TDAH y  hasta retraso en el lenguaje, aún con alguno de estos escenarios se puede pronosticar llegar a lograr una marcha satisfactoria para el individuo.

Lo positivo es que generalmente, no es necesario un tratamiento médico, se requiere más bien una terapia física; referida por el médico tratante (pediatra), hacia la medicina física, fisioterapia y ortopedia.

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Charles Suñé destacó que el infante que se mantiene por mucho tiempo dentro del corral (play), cuna e incluso usando andadera, puede presentar posturas inadecuadas en el proceso de la marcha, todo se debe a la limitación visual de su entorno, lo que provoca el puntilleo.

Nota / Fotos: Giovanna Rodríguez Cáceres