Cambiar la narrativa y tener una mano amiga son fundamentales para prevenir el suicidio

¿Pero qué fue lo que pasó?; Si nos conocíamos bien, ¿por qué no me habló?…Hubiésemos conversado; yo si lo veía callado, pero no sabía que estuviera tan mal. Estas eran solo algunas de las reacciones con la que demostraban su incertidumbre un grupo de jóvenes al enterarse que su amigo de la infancia, se había suicidado.

Aunque él  era un chico que tenía siempre un chiste a flor de labios, el hoy finado,  desarrolló un comportamiento taciturno y cuando estaba así, le decían su gente cercana: ¡Pon de tu parte! 

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Tras esas impresiones e ir a las exequias, entre los reunidos, reinó el silencio. Pero, ¿es correcto quedarse callado o todo lo contrario, conversar sobre este tipo de sucesos y buscar soluciones?

Ante estos planteamientos y disyuntivas,  el lema que será parte del Día Mundial de la Prevención del Suicidio desde 2024 a 2026 es «Cambiar la narrativa», argumento que busca inspirar a individuos, comunidades, organizaciones y gobiernos a entablar debates abiertos y sinceros sobre el suicidio y la conducta suicida.

Datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) revelan que tan solo en las Américas, cerca de 100.000 personas mueren por suicidio cada año, y muchas más luchan contra pensamientos y comportamientos suicidas.

La doctora con especialidad en Psiquiatría, Malaika Fagette Wilson destacó la preponderancia de precisamente cambiar la narrativa para romper estigmas, subrayando la importancia de hablar sobre este tema, puesto que la experiencia ha confirmado que muchas personas que han cometido suicidio, estaban sufriendo en soledad.

Este mal indicó, es más común de lo que muchos piensan, al punto que un número importante de personas en el transcurso de su vida se han encontrado, que un conocido o familiar ha intentado atentar contra su vida o en el peor de los casos, lo han logrado.

Es más, en tiempos recientes se han visto historias de personas famosas, que se mostraban bien o exitosas y con buen estatus económico, que fueron capaces de cometer suicidio y todas estas situaciones, nos toman por sorpresa…

Malaika Fagette Wilson, psiquiatra

La especialista que labora en la Caja de Seguro Social reseñó que  tras ese desconcierto e interrogantes a causa del suicidio, es que se descubre que la persona se aislaba y dejaba de comunicarse, por el temor de que se pudiera pensar que tenía un trastorno mental, o que era frágil emocionalmente.

Expuso que el cambiar la narrativa también significa atrevernos a hablar de suicidio y estar en contacto con nuestras amistades y  familiares sobre todo si sabemos que están sufriendo.

Acciones como llamarlos, preguntarles como están, escucharles y ser empáticos son pasos importantes.

Puntualizó que para extender esa mano amiga y conversar, no es necesario que sea un médico especialista o profesional de la salud.

El brindarle tiempo para permitir expresarse  dijo que puede ayudar a detectar esas banderas rojas de alerta, y descubrir si a  la  persona le está costando lidiar con una situación que está ocurriendo y que le hace sentir una fuerte desesperanza, como pudiera ser el buylling escolar, el acoso laboral, una muerte de un ser querido, un divorcio, un despido, una deuda que considere impagable  o el anuncio de una enfermedad dolorosamente grave.

Admitió que el pensamiento e intenciones suicidas son un problema de salud que requiere de cuidados, atención, una red de apoyo social, para que quien los tenga, encuentre oportunidades para seguir adelante con su vida.

Ayuda médica

La doctora Fagette Wilson acentuó en la importancia de obtener ayuda profesional ya que los mecanismos de defensa de quien tiene deseos de suicidarse son reducidos, porque se ven sobrepasados por la situación que están viviendo.

El especialista evaluará si tiene un trastorno mental, o un trastorno de personalidad y cuáles son los factores de riesgo que están alrededor de esa persona.

El tratamiento puede incluir medicamentos, terapias psiquiátricas especializadas  y/o psicológicas como la psicoterapia. También podrá darse la hospitalización en los momentos de riesgo para que esté en un ambiente protegido.

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Todas estas gestiones ayudarán a quienes tienen estas intenciones, adquirir estrategias para enfrentar el estrés, conectar  con los deseos de vivir,  con la capacidad de enfrentar a la adversidad, y de llevar una vida que le sea valiosa.

Reiteró que aunque no sea un especialista, lo importante es como amigo o familiar es tender su apoyo y no dejar sola a la persona que atraviesa por estas situaciones, por ejemplo acompañándole cuando vaya a buscar ayuda profesional para que no desista   y de esta forma pueda volver a ver la vida con los bonitos colores que ofrece aún en la adversidad.

Nota: Diamar Díaz Nieto

Fotos: Archivo CSS