Trastornos en estudiantes por exceso de tiempo en los videojuegos
Tatiana Girón, madre de dos hijos, de 17 y 11 años, experimentó con sus vástagos los efectos del exceso de videojuegos, el uso de tabletas y celulares, y cómo estos incidieron en su rendimiento escolar.
“Eran horas y horas en las que les veía pegados a las pantallas, muchas veces, dejando de cumplir sus quehaceres en casa; y qué decir de las tareas escolares”, asegura Girón, de 38 años, quien destaca que tuvo que conversar junto a su pareja con ellos y establecer normas.
No obstante, esas normas no fueron suficientes, y constantemente los adolescentes no cumplían los acuerdos, lo que los llevó a establecer medidas como quitarle los aparatos y dedicarles más tiempo en actividades familiares, lo que, al tiempo, le trajo buenos resultados.
Similar caso vivió Alexander Ríos, con sus hijos de 7 y 12 años, ya que ambos abusaban del tiempo dedicado a los videojuegos, y cuando se descuidaba, tomaban los celulares de él o de su esposa, ¡y a jugar otro rato más!
“Tomamos medidas. Si querían utilizar sus juegos tenían que cumplir con las tareas. Las calificaciones eran el visto bueno para el uso de ellos, los fines de semana”, precisó esta padre de familia de 40 años.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el trastorno por uso de videojuegos se caracteriza por un patrón de comportamiento persistente o recurrente, que lleva a la persona a no poder controlar esto, anteponiendo los juegos por encima de otras actividades diarias.
Opinión clínica
Sobre este exceso de horas con los videojuegos, la Dra. Vanessa Flores, coordinadora nacional de Salud Mental de la Caja de Seguro Social (CSS), indicó que se ha demostrado que estos pueden ser nocivos para la salud de la población escolar, incluso de los adultos, lo cual puede llevar a comportamientos adictivos.
Es importante la comunicación entre padres e hijos, para que a estos se les pueda inculcar la importancia de administrar el tiempo que se le dedica a estos juegos, para no verse perjudicados por su uso excesivo, ni afectar los estudios
Dra. VANESSA FLORES, PSIQUIATRA
No obstante, la especialista aclara que la restricción de estos, en ocasiones, no funciona, y es mejor crear lazos aún mayores entre padres e hijos que permitan funcionar como un factor preventivo, y así evitar alteraciones de la conducta del menor.
Nota: José Edwin Sánchez M.
Fotos: Producción CSS