En pandemia, médicos reafirman juramento hipocrático

Cuando Hipócrates en el Siglo V (A.C) consideró que los médicos «no debían llevar otro propósito que el bien y la salud de los enfermos», jamás pensó que sus palabras se mantendrían en el tiempo, y que, incluso, en pleno siglo XXI sus discípulos – los médicos –  pasarían por una ‘prueba de fuego’ para honrar el mandato.

Lo hicieron desde que apareció la pandemia por la COVID-19. Un virus arrasador que sorprendió a la ciencia y tentó la vocación de los discípulos  de Hipócrates.

Fue, y es, la prueba más dura por la que han atravesado en su carrera como profesionales de la medicina, al menos, es en lo que coinciden varios de los médicos entrevistados, de la Caja de Seguro Social (CSS).

Claro, no es para menos, tienen que despojarse del miedo natural de todo ser humano de contagiarse de un virus que destruye el organismo, por ofrecer salud a quien acude en busca de su ayuda.

Es un miedo igual de potente como el virus, pero jamás causal para no cumplir con eso que dice ‘Hacer de la salud y de la vida de vuestros enfermos la primera de vuestras preocupaciones’, que es uno de los mandatos hipocráticos.

El cumplimiento de ese juramento nunca fue tan reconocido como ahora lo hace, de pie,  el mundo entero y aquellos que recibieron de un médico la compasión y absoluto respeto en la atención por la COVID-19.

En Panamá Oeste ese honroso reconocimiento, con motivo al Día del Médico, está dirigido a los 183 médicos y 91 especialistas que laboran  en cada una de las instalaciones de salud de la CSS en la provincia.

También a aquellos que ofrecieron su vida en el cumplimiento del deber, como lo son los doctores José Sáez, Rodolfo Alvendas, Seykis Santamaría y Carmen Fernández.

Con ese agradecimiento en memoria de los fallecidos, la Dra. Herminia Mariscal, institucional de la CSS en Panamá Oeste dice que «nadie estuvo preparado para esta tarea, pero las grandes batallas le tocan a quienes aman lo que hacen, y eso lo ha demostrado el equipo de la CSS, tanto en la provincia como en el resto del país».

Panamá Oeste alcanzó, en segunda posición, los niveles más altos de contagios con 67 219,  en lo que va de la pandemia, por lo que los médicos, también llamados ‘héroes sin capa’, se armaron de valor y mantuvieron el servicio 24/7 demostrando que la vocación está intacta.

Testimonios

«Amamos ser médicos, y  en estos momentos de pandemia nos ha tocado atender de una forma que no estábamos  acostumbrados. Pensamos en los riesgos que podría traernos  y a nuestra  familia», comparte la Dra. Yira Urriola Aldeano, que labora como jefa en el servicio de urgencias en la Policlínica ‘Dr. Santiago Barraza’.

Allí vio gente en agonía, desesperada y ansiosa por saber de su condición o de un familiar, pero su entereza y temple, le permitieron convertirse en la  esperanza de vida de quienes veían en ella a una profesional dispuesta a ofrecer salud.

La fuerza no solo era necesaria para enfrentarse a pacientes positivos de COVID-19, sino que también era necesaria para reponerse de golpes familiares, de amigos y colegas que no lograron superar el virus. «Yo perdí a mi mamá, fue muy duro» dice la doctora, que al igual que ella, todo un equipo se ha mantenido en primera línea demostrando disposición, pasión, compromiso y disciplina.

«Han sido meses de horarios extendidos, incluso sin vacaciones, con un gran esfuerzo físico y psicológico, realizando atención de casa en casa, con  pacientes positivos, hisopados,  adecuaciones en los cuartos de urgencias para pacientes respiratorios y urgencias comunes,  manteniendo la atención a la población vulnerable como embarazadas y  los infantes», agrega la Dra. Urriola.

Por su parte, la Dra. Celia Roper, cuenta su historia de que es médica gracias a su padre, quien prometió que sus dos hijas serían médicas. Ambas le cumplieron el deseo y dice que en 41 años de servicio ha dado el 100% por la salud de los pacientes, con  su lema de que “El que no vive para servir no sirve para vivir”

Como ella, hay cientos de testimonios de vida, vocación y servicio que podrían plasmarse como las vivencias médicas en medio de la pandemia, todas apegadas al juramento hipocrático, creado por el Hipócrates, considerado el padre de la medicina.

En Panamá, se celebra cada 21 de mayo el Día del Médico, por ser la fecha en que inició operaciones la Escuela de Medicina de la Universidad de Panamá, en 1951.

En ocasión de la fecha, las autoridades médicas y provinciales de la CSS en Panamá  Oeste extienden el saludo y reconocimiento a todos los médicos que laboran en las policlínicas Dr. Santiago Barraza, Dr. Blas Gómez Chetro y Juan Vega Méndez; en las ULAPS de San José, Guadalupe, Vista Alegre y en los CAPPS de El Tecal, Vacamonte y Capira, y en el hospital Hogar de la Esperanza, en Veracruz.

Nota de prensa: Celibet Vera/ Gilberto Soto

Foto: Javier Barrera