Entrenar, estimular cuerpo y cerebro de un niño, lo ideal para un desarrollo integral

«Mi hijo Brayan Domínguez ha avanzado mucho en estos tres meses con este proceso de estimulación», dijo la señora Yoli Peralta, madre del paciente, de dos años de edad.

El Servicio de Estimulación Temprana y Neurodesarrollo, se potencializa trabajando diferentes áreas como son: desarrollo cognitivo desarrollo del lenguaje desarrollo afectivo y social desarrollo sensorial y motor para evitar secuelas o involución del desarrollo.

La atención se lleva a través del Programa de Alto Riesgo Neonatal, que se brinda al infante de 0 meses hasta los 7 años, en la Policlínica “Don Alejandro de la Guardia, Hijo” de Betania, explicó la Mgter. Dayira Charles – Suñé, terapista de estimulación temprana.

En todo el periodo de pandemia nunca se dejó de prestar el servicio, se brindaba la atención a quien se apersonaba, en el periodo de enero a junio de este año 2021, luego de la reapertura total en el mes de marzo, han recibido atención 583 infantes en este programa, enfatizó Charles – Suñe.

Consiste en la asistencia de atención en la salud pediátrica, con carácter multidisciplinario que está dirigido a la detección, prevención e intervención temprana y el seguimiento adecuado del recién nacido.

Como objetivo principal, es detectar las condiciones de riesgo del infante para lograr atender las áreas conductuales y de aprendizaje de los niños, como también detectar factores biológicos sociales y ambientales con la finalidad de prevenir alteraciones en el neurodesarrollo a futuro.

Los pacientes que asisten al servicio, reciben tratamiento oportuno, ya que este sistema es de prevención y no de rehabilitación.

El infante es referido por el equipo de pediatría y enfermería, las actividades dependen del diagnóstico y la necesidad del niño, en el área que así se indique.

Se desarrollan técnicas como fortalecimiento de los músculos, alteraciones del tono muscular, alteraciones visuales no específicas en el infante.

De 0 a 3 meses control cefálico, seguimiento visual y auditivo, vocalizaciones propias de su edad, sonrisa social, de los 4 a 6 meses volteo, sedestación con apoyo, coordinación viso-manual, seguimiento visual, auditivo y arrastre.

A los 6 meses el niño debe identificar sus manos y textura, a los 7 meses inicia el arrastre para dar paso al gateo, sostén del tronco en 4 puntos, de 8 a 10 meses: se trabaja el concepto de adentro y afuera, actividades muy importantes en el desarrollo de un infante, indicó Charles – Suñé.

El programa de Alto Riesgo Neonatal, tiene 10 años a nivel nacional de forma descentralizada brindando atención profesional a los niños que así lo necesiten, a través de los especialistas de estimulación temprana.

Por su parte, la licenciada Yoziela Herrera, como miembro del equipo de estimulación, aclaró que la intervención oportuna incluye un conjunto de actividades científicas que pueden ser aplicadas desde el nacimiento, hasta los 7 años del niño para una evolución adecuada a nivel cerebral.

“Siempre es importante que el niño tenga una intervención oportuna”, manifestó Herrera, lo cual permitirá prevenir secuelas que provienen del riesgo del nacimiento prematuro y factores de riesgo, ya sean antecedentes maternos y a nivel de la etapa pre y post gestacional.