Oriela Osiris: una niña que superó barreras

Un día como cualquiera, Mysbel Coulson se dirigía a su cita de control prenatal como todos los meses sin imaginar que en esta ocasión su vida daría un giro diferente. Una diabetes gestacional e hipertensión arterial hicieron, complicada, la vida de esta joven de 31 años.


Fue a eso de las 9:00 a.m. del 26 de abril de 2019 cuando fue atendida por su médico ginecólogo, el cual inició su evaluación regular, pero al realizar la toma de presión arterial, se encontraba muy elevada, inmediatamente, el médico procede a internarla y es diagnosticada con preeclampsia severa relató Mysbel.


Pero eso no era todo, narró como su situación se complicó aún más y es que con 34 semanas era necesario inducir el parto.


Pasan las horas y es cuando el monitoreo fetal indica que el ritmo cardíaco de la bebé presenta descensos en la frecuencia, por lo que se decide realizar una cesárea de urgencias.


Al nacer, la niña fue diagnosticada con una neumonía congénita y signos de sepsis neonatal, lo que la llevó a sufrir un paro respiratorio. Después de ser estabilizada fue trasladada a un hospital de la localidad en el cual estuvo hospitalizada por 11 días con soporte de ventilación mecánica, sondas y otros equipos, para garantizar su recuperación.

Programa de Alto Riesgo Neonatal


Al doceavo día es dada de alta y enseguida remitida a la atención en una policlínica por parte del equipo del programa de Alto Riesgo Neonatal.


Es así como inicia la atención integral en la policlínica «Dr. Blas Daniel Gómez Chetro», de la Caja de Seguro Social (CSS), en Arraiján, donde un equipo completo conformado por médico pediatra, estimulador temprano, crecimiento y desarrollo, psicología, fisioterapeuta y trabajadora social, entre otros brindaría, de ahora en adelante, el seguimiento y control de sus citas.


A los 2 meses y medio Mysbel empezó a notar que la niña mantenía frecuentemente una posición fetal, por lo que acudió a Crecimiento y Desarrollo a cargo de la enfermera Oriela Ortíz.                                    


Explicó que aunque la posición fetal, normalmente, es común en los recién nacidos, por su postura dentro del útero de la madre, en el caso de los bebés prematuros se pueden presentar una serie de diferencias si se compara con un bebé nacido a término.

Terapias

Osiris inició sus terapias que consistieron en sencillos cambios de postura y ejercicios de estiramiento que debía continuar en casa. Las terapias y el apoyo familiar fueron la base del éxito para que, la niña, superara sin problema alguno la situación. 

Durante las visitas de control y por el historial clínico de la madre los doctores debían confirmar que Oriela Osiris (la recién nacida) se encontraba en buen estado de salud, por lo que fue sometida a 15 ultrasonidos para descartar problemas cardiacos.

«Pese a mi cuadro, los exámenes salieron negativos y solo era cuestión de continuar sus terapias por ser una recién nacida de alto riesgo, por su prematuridad”, manifestó Mysbel.

Otros controles

La Lcda. Zuleika López, estimuladora temprana y orientadora familiar de la policlínica de Arraiján, le correspondió iniciar la intervención con la madre trabajando actividades de relajación.


De acuerdo con la estimuladora temprana, la madre juega un papel muy importante dentro de este proceso, porque “debe estar segura de lo que va a realizar en las terapias”.

Para comenzar el abordaje terapéutico con Osiris, se trabajó el área sensorial y posteriormente, la estimulación motora gruesa y fina para el control cefálico, abertura de manos, luego el lenguaje, el área cognitiva y la interacción con otras personas, entre otros.


López dijo que «el abordaje terapéutico se realizó según la edad corregida, que es la edad que tendría el bebé si hubiera nacido a las 40 semanas».


Hoy, con tres años y pese a sus antecedentes de riesgo Oriela Osiris es una niña que “ha superado barreras”, con el apoyo incondicional de su madre, abuelos y el equipo multidisciplinario de la policlínica de Arraiján.

Nota y fotos: Arleth Yanisselli