Esclerosis lateral amiotrófica: cuando tu cuerpo se destruye a sí mismo
Nuestro cerebro es el encargado de enviar señales al sistema nervioso, donde las neuronas encargadas mandan ondas para que los músculos realicen movimientos, viajando por los nervios y la médula espinal.
En ocasiones, las neuronas se destruyen entre sí, ocasionando que no haya señal hacia los músculos para poder realizar movimientos, como en el caso de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
¿Qué es la esclerosis lateral amiotrófica?
ELA es una enfermedad neurodegenerativa que afecta las motoneuronas, las cuales son las encargadas de los impulsos motores del cerebro, el tronco encefálico y la medula espinal. Cuando se presenta la enfermedad hace que fallen las funciones del habla, la deglución y la respiración.
El Dr. Pedro Castrellón, director médico de la Unidad Local de Atención Primaria de Salud ULAPS Lastenia Canto Solís, en Capira, dijo que los síntomas de la esclerosis cambia mucho en cada persona, pero suele comenzar con una debilidad muscular que empeora con el tiempo; por ejemplo, la persona se ahoga constantemente con líquidos, incluida su propia saliva; su voz cambia o se ve forzada, las cosa se le caen de manera constante, además de que, poco a poco, dejan de tragar.
Castrellón mencionó los siguientes síntomas
- Dificultad para caminar o realizar actividades diarias normales.
- Tropiezos y caídas.
- Debilidad en las piernas, los pies o los tobillos.
- Calambres musculares y espasmos en brazos, hombros y lengua.
- Llanto, risa o bostezos inapropiados.
- Cambios cognitivos y de comportamiento.
Según estudios, del 5 al 10% de las personas que sufren esta enfermedad la han heredado; pero aún se continúan con los estudios de sus posibles causas.
Factores de riesgo
- El riesgo de esclerosis lateral amiotrófica aumenta con la edad y es más común entre los 40 y mediados de los 60 años.
- Antes de los 65 años la ELA es un poco más común en hombres que en mujeres.
Esta enfermedad no tiene cura, pero los médicos pueden tratar los síntomas, de la siguiente manera
- Fisioterapia para mantener sus articulaciones flexibles y retrasar la atrofia muscular.
- Terapia ocupacional para evitar el atragantamiento mientras come o una sonda de alimentación en su estómago si ya no puede tragar.
- Medicamentos para reducir sus espasmos o calambres musculares.
- Medicamentos para tratar los estallidos emocionales o la depresión.
- Medicamentos para la sialorrea (babeo).
- Analgésicos para el dolor.
- Un ventilador (máquina para respirar) si el paciente está demasiado débil para respirar por su cuenta.
Nota de prensa y foto: María Palacios