“El tiempo corre”: Jornada educativa contra la tuberculosis

El 24 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Tuberculosis, fecha para honrar el descubrimiento, en 1882, de la bacteria responsable de la enfermedad: Mycobacterium tuberculosis,  así como para concientizar a la población sobre las devastadoras consecuencias sanitarias, sociales y económicas de la tuberculosis, y para intensificar los esfuerzos para acabar con la epidemia mundial de esta enfermedad.

Es por esto que el Departamento de Trabajo Social de la Policlínica «Dr. Carlos N. Brin», del corregimiento de San Francisco, realizó una actividad educativa con el lema “El tiempo corre”,  en la cual brindaban a los pacientes cápsulas informativas, y de la misma forma visitaron a múltiples departamentos de dicha unidad ejecutora.

El lema escogido, da a entender que al mundo se le está acabando el tiempo para actuar según los compromisos adquiridos por los líderes mundiales para acabar con la tuberculosis.

Este padecimiento sigue siendo una de las enfermedades infecciosas más mortíferas del mundo. Cada día, casi 4,000 personas pierden la vida a causa de la tuberculosis, y cerca de 28,000 enferman de esta enfermedad prevenible y curable, de acuerdo a datos de las organizaciones de salud a nivel mundial.

Los esfuerzos mundiales para combatir la tuberculosis han salvado unos 63 millones de vidas desde el año 2000

MILY bRADLEY, ENFERMERA

La Policlínica «Dr. Carlos N. Brin» cuenta con un programa especial llamado TAES (tratamiento acortado estrictamente supervisado) en el que, una vez el paciente resulta positivo de esta enfermedad, inicia un tratamiento con una duración aproximada de 6 meses, en el cual recibe supervisión de lunes a viernes, por parte del cuerpo médico”, añadió miss Bradley.

“Los miembros de la familia necesitan educación, igual que el paciente para ayudar a hacer posible los cambios de la vida. Es importante que todos los miembros que viven con el paciente, entiendan las demandas de cuidado de la enfermedad”, agregó por su parte, Doralinda Medina, supervisora de Trabajo Social de esta instalación.

Entre las implicaciones sociales se resaltaron la alteración sociofamiliar y económica de la familia, lo cual conlleva a un reajuste en la económica, por la falta de ingresos.

También, una mala adherencia al tratamiento podría llevar al paciente a complicarse, y mientras más demore en el proceso de recuperación, las incapacidades serán prolongadas hasta llevarle a una pensión de invalidez.

Durante la pandemia por la COVID-19, en esta unidad ejecutora, tres pacientes han culminado exitosamente​ su tratamiento de esta enfermedad.

Nota / Fotos: Jean Carlos González Remond