HEPOTH lleva consigo la gran responsabilidad de la pediatría

La pediatría es una especialidad médica que se encarga de estudiar al niño, al adolescente y sus enfermedades, proviene del griego paidós (niño) e iatrea (curación), pero esta rama va mucho más allá de curar niños enfermos, también trabaja para atender a los sanos.

El médico pediatra atiende al niño desde su nacimiento. El infante se clasifica según su tiempo de vida: el recién nacido va de 0 a 6 días, el neonato de 7 a 29 días, lactante va hasta los 12 meses de vida, el lactante mayor va de 1 a 2 años, el preescolar de 3 a 5 años escolar de 6 a 11 años, etapa en la empiezan cambios de 12 a 14 años y el adolescente de 15 a 18 años, esta cronología se maneja de manera mundial.

Normalmente se atiende en pediatría hasta los 18 años, pero hay organismos internacionales que extienden la edad de atención hasta los 21 años de vida, explicó el doctor José de Jesús Grimaldo, medico endocrinólogo del Hospital de Especialidades Pediátricas “Omar Torrijos Herrera” (HEPOTH), de la Caja de Seguro Social (CSS).

Si los padres llevan a sus hijos a las citas periódicas se podrán detectar problemas como hipotiroidismo congénito, se podrá tratar enseguida y evitar que el niño sufra de retraso mental y déficit de talla (estatura), si a un niño se le detecta una desnutrición severa, esto puede causar que deje de crecer y presentar dificultades en el aprendizaje.

Pero si, por el contrario, el niño tiene una baja estatura para su edad, solo se tiene una ventana de oportunidad para darle medicamento que lo hagan crecer apropiadamente, de lo contrario el niño mantendrá el mismo ritmo de crecimiento o podría estancarse en una talla que no era la pronosticada como adulto, detalló Grimaldo.

Cuando un individuo presenta una enfermedad de crecimiento y desarrollo, tratarlo a tiempo representaría evitar una discapacidad física y/o cognitiva, y para lograr un tratamiento  temprano es necesario un diagnóstico a tiempo, sin perder la oportunidad de una atención adecuada

JOSÉ DE JESÚS GRIMALDO, PEDIATRA

Existen razones suficientes para decir que la “mística” de la pediatría es que todo ser humano nace con un potencial, y este no solo hay que conservarlo, hay que protegerlo, inclusive antes de nacer, e ir cuidando que se cumpla durante todo su desarrollo y crecimiento.

Para que un pediatra conserve el potencial del niño, necesita la cooperación de los padres para acudir a las citas, y de esta manera dar los diagnósticos tempranos; de esta forma se evitan mayores problemas a corto y a largo plazo, mencionó Grimaldo.

Quiere decir que si un individuo adquiere una enfermedad diagnosticada como aguda, pero a esta se le da una temprana atención médica, se reduce e incluso se elimina el daño que ocasiona la afectación, y que no dañe  el potencial que trae el infante, indicó Grimaldo.

Si, por el contrario, es una enfermedad que de aguda se vuelve crónica, y a pesar de los tratamientos sigue cronificada, se hace todo lo posible para que lo que ocasione la enfermedad no tenga tantas consecuencias, que de manera negativa alteren o disminuyan el potencial del recién nacido o niño.

Según el doctor Grimaldo, la obligación de todo médico pediatra es investigar los problemas que afectan a niños y adolescentes; esto se logra con una pediatría integral, quiere decir, involucrar o  incluir a todas las partes que tienen relación con la salud del niño, médicos, enfermeros y desde luego los padres.

En pediatría se tiene como prioridad conservar el crecimiento y desarrollo de los niños, que todos los ítems del desarrollo (altura, peso, coordinación muscular, desarrollo cognitivo, etc.) por grupos etarios se cumplan, cuando se observa que hay ítems que no se cumplen, el pediatra debe investigar qué es lo que ha ocasionado que no se consiga todo el potencial.

Si después de dar un tratamiento por algún problema no se consigue una recuperación total, se debe ver qué hay en el fondo que impide que mejore un paciente. Por eso, es sumamente importante empezar la prevención de enfermedades desde la etapa prenatal y continuar acudiendo al pediatra en la etapa posnatal, hasta los 21 años, cuando ya está completo el desarrollo del individuo.

Grimaldo resaltó que en el HEPOTH se cuenta con todas las medidas de bioseguridad para la tranquilidad de los padres. Al entrar a las instalaciones se toma la temperatura, proporcionan gel alcoholado, se conduce al área de espera guardando la distancia y el personal desinfecta el consultorio luego de atender a cada paciente. También, destaca que hay la opción de teleconsulta.

Lo primordial es brindarle al infante una vida sana, llevándolos a los chequeos periódicos con su pedíatra, enseñándoles lo importante que es sobrevivir a esta pandemia, pero hacerlo con calidad de vida, finalizó el doctor Grimaldo.​

Nota /Fotos: Giovanna Rodríguez Cáceres