¿Qué hago si mí bebé broncoaspira?

El pequeño Diego de tres meses no es un paciente en la consulta de pediatría, pero llegó un día en brazos de su madre para actualizarle el esquema de inmunización, a la Unidad Local de Atención Primaria de Salud ULAPS de San José, en San Carlos.

Justo después de la aplicación de sus vacunas, el bebé vomitó, lloró y la glotis (orificio que se aprecia en la parte trasera de la boca antes de la laringe), se cerró para evitar que cualquier fluido pase al pulmón.

Pero algo inesperado ocurrió, de repente, la madre grita desesperada, “mi hijo se está ahogando”.

El Dr. Juan José Villarreal, pediatra en la Ulaps, se encarga de la situación.

Comenta que el pequeño no estaba tan cianótico, pero se encontraba hipotónico por lo que rápidamente lo colocó boca abajo, fue llevado al cuarto de urgencias, donde le sacó las secreciones que le impedían respirar normalmente, le pusieron un poquito de oxígeno, hasta que se fue recuperando.

Explica el Dr. Villarreal que cuando el bebé se pone cianótico o “morado” es porque el sistema regulatorio del lactante y de los adultos, hace que la glotis se cierre por donde entra el aire con el fin de proteger la vía respiratoria. Es un mecanismo de defensa, una vez que el cuerpo detecta que el peligro pasa, el paciente se recupera.

¿Qué le sucedió al bebé Diego?

De acuerdo al especialista, Diego broncoaspiró.

La broncoaspiración se puede definir como el paso de una sustancia líquida, ya sea vómito, restos alimenticios, saliva; o sólida que pasa de la orofaringe a la laringe, que puede producir asfixia.

En los lactantes se da cuando el infante vomita, por la inmadurez fisiológica que tienen los lactantes los primeros seis meses de vida, ya que el proceso de deglución y el funcionamiento del sistema digestivo aún no ha alcanzado su desarrollo en un 100%.

Por esta razón, muchos lactantes sufren lo que se conoce como reflujo gastroesofágico, que es la devolución del contenido gástrico al exterior a través de la boca porque los esfínteres que están en la parte superior e inferior del esófago son débiles en las primeras etapas de la vida.

En consecuencia, el lactante puede broncoaspirar cuando vomita o cuando está comiendo; generalmente es leche, pero también puede ser saliva. La asfixia puede presentarse en recién nacidos o lactantes sanos, sin embargo, existen trastornos neurológicos con un mecanismo deficiente de deglución en los que este fenómeno es una característica.

Por otro lado, existe otro tipo de broncoaspiración, es la de cuerpos extraños. “Cuando el niño va creciendo su desarrollo psicomotor le permite agarrar objetos que luego se lleva a la boca, broncoaspirar un objeto puede resultar letal porque si este es muy pequeño podría quedar atorado en la laringe”, dijo el especialista.

Agregó el galeno que hay cuadros de broncoaspiraciones silenciosas de porciones pequeñas de contenidos alimenticios que, a la larga, van al tejido pulmonar como un infiltrado, provocando una neumonía o una neumonitis, que es un proceso inflamatorio en el tejido del pulmón.

Posteriormente al hecho, Diego comienza a manifestar episodios febriles días después una tos persistente; al punto de que desarrolló una bronquiolitis; es decir, que se le inflamaron los bronquiolos. Señala el doctor que es muy probable que, al vomitar, los pulmones del bebé hayan absorbido restos del fluido.

¿Cómo sé que mi bebé broncoaspira?

Si observa que a su niño le cuesta trabajo respirar, si la respiración es ruidosa, tiene una tos persistente, su piel comienza a tomar una coloración azulada y/o pierde la conciencia, tiene que actuar lo más pronto posible.

¿Cómo reaccionar si su bebé broncoaspira?

  • Lo primero que debe hacer, es conservar la calma; a pesar de ser una situación de riesgo para el infante, es indispensable practicar los primeros auxilios de manera rápida y segura.
  • Lentamente y con cuidado, debe colocar al bebé boca abajo para impedir que los fluidos que retornan se dirijan a los pulmones.
  • Si el niño expulsa alguna sustancia por la boca, se debe limpiar completamente esa zona para retirar los restos totalmente, es conveniente tener en casa una perilla de succión esterilizada para practicar esta acción.
  • Proceda a realizar resucitación cardiopulmonar si el bebé pierde la conciencia.
  • Si el menor no reacciona, no pierda tiempo y llame al 911 de inmediato.

Recomendaciones para evitar que un niño broncoaspire

El Dr. Villarreal hace una serie de recomendaciones para evitar que se dé una situación que pueda terminar en tragedia.

  • Debe permanecer vigilante mientras el bebé come, nunca lo deje comiendo solo.
  • No le dé alimentos cuando llora.
  • Después de ser alimentado, el infante debe ser colocado en posición de regazo donde no se manipule la zona estomacal, para que, en caso de regurgitaciones, el vómito no retroceda hacia las vías respiratorias.
  • Colocarse al bebé en las piernas siempre con un respaldo, no de forma completamente horizontal en la cama porque es contraproducente.
  • Es necesario darle un periodo de 30 minutos para que el proceso metabólico y el vaciamiento gástrico impida que pueda regresar el alimento a través del esófago a la laringe y por último a la boca.
  • Si el niño ya explora y empieza a hacer reconocimiento de su ambiente, velar que no quede solo rodeado de objetos que pueda llevarse a la boca.

Resalta el especialista que estos casos son atendidos en urgencias con celeridad, se aspiran las secreciones que el lactante tenga en la boca y nariz. Se le pone oxígeno y se verifica la saturación del mismo. Y si es preciso, se le coloca líquido intravenoso; se toman placas de tórax y en casos más complejos se practica la broncoscopía diagnóstica y terapéutica.

Nota de prensa y foto: Edda Nereira