Colesterol en niños y adolescentes

La posibilidad de que un niño o adolescente sea de contextura delgada, no es un impedimento para que este, pueda sufrir problemas de colesterol, asegura la Dra. Liliana Neil, endocrino pediatra.  

El colesterol es una sustancia parecida a la grasa que se encuentra en todas las células del cuerpo, la cual es necesaria en el organismo para producir hormonas, vitamina D y otras sustancias necesarias para la digestión de los alimentos.    

No obstante, si tiene demasiado de esta sustancia en la sangre, las personas corren mayor riesgo de padecer de una enfermedad arterial coronaria, sostiene la Dra. Neil.

Por ello, explica la especialista, los padres deben tener cuidado con esto, ya que un infante o adolescente con problemas de este tipo, puede tener problemas cardiovasculares en una adultez temprana.

“Los padres, pese a tener junto a sus hijos una alimentación saludable, deben tener cuidado con los niveles de colesterol desde la infancia, porque de tener estos altos y no tomar las medidas, podrían tener consecuencias a futuro”, resalta.

La endocrino-pediatra que forma parte del equipo médico del Hospital de Especialidades Pediátricas “Omar Torrijos Herrera”, dijo que si  alguno de los padres tiene niveles de esta sustancia altos, es muy probable que algunos de sus hijos también  y por ello, la recomendación es que haya un plan de manejo familiar.

Explicó que “las personas suelen ver al colesterol alto como una afección solo de adultos o de niños  con sobrepeso u obesidad y no es así, ya que un niño de contextura delgada, también puede sufrirlo”.

Cifras y recomendaciones
Según la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés), 1 de cada 5 adolescentes tiene colesterol alto. 

Si alguno de los padres tiene niveles de colesterol altos es muy probable que algunos de sus hijos también  y la recomendación es que haya un plan de manejo familiar, reiteró la Dra. Neil.

Para disminuir los niveles se recomienda: ingerir más frutas y vegetales, reducir el consumo de alimentos y bebidas azucaradas, usar leche baja o descremada, reducir el consumo de sal y hacer ejercicios a diario; entre otras.    

Nota: José Edwin Sánchez Mendieta

Foto: Pixabay