Implicaciones sociales de la población pediátrica del HIDLT en pandemia
Cuando se habla de las implicaciones sociales nos estamos refriendo a las repercusiones, consecuencias, efecto o alcance de un hecho o acontecimiento que impacta de diversas maneras a un individuo, ya sea en su unidad familiar, entorno o en su comunidad.
Las implicaciones sociales constituyen un indicador relevante para describir el estado de salud de una población, las cargas asociadas a un número amplio de enfermedades y sus secuelas, ya que tienen una serie de afectaciones que representan un componente importante en lo antes mencionado.
Tienen grandes dimensiones, ya que abarca aspectos del individuo, tanto en el plano político, económico, cultural, familiar, educativo y sobre todo en el aspecto de la salud.
Es un estudio retrospectivo cuyo criterio de inclusión fueron los casos referidos, atendidos y derivados por el servicio de Trabajo Social de esta unidad ejecutora, de la sala de pediatría de pacientes que requirieron de hospitalización durante la pandemia, en un período comprendido entre los meses de abril a noviembre de 2020.
Durante el período de estudio, del total de las hospitalizaciones de la sala de pediatría del HILT, un tercio de esta población requirió de atención y abordaje por parte del trabajador social, con solo un 2% de diferencia por sexo (hombre o mujer), siendo los meses de mayo, junio, julio, septiembre y octubre los de mayor demanda.
Estos casos fueron referidos al servicio de Trabajo Social por medio de interconsultas; posteriormente a su intervención y análisis, el 39% requirió de derivación a juzgados de Niñez y Adolescencia en turno para su debido curso, el 61 % restante se manejó por medio de orientación y consejería social.
El esquema de vacunación incompleto representó el principal motivo de derivación a los juzgados, al presentar el paciente entre seis y quince vacunas faltantes, seguidamente del “no” reconocimiento legal oportuno, casos por trauma, envenenamiento, ahogamiento, infecciones de transmisión sexual y/o por polidiagnósticos, representando esta última un agravante que condiciona aún más, la salud.
Es importante señalar que los casos de envenenamiento fueron por medicamentos de consumo de las personas adultas dentro del hogar, evidenciando el caso omiso a la recomendación de “mantenerlos fuera del alcance de los niños”.
Cabe señalar que cuando un suceso desemboca en una situación de riesgo para una comunidad o gran número de personas, sea por una emergencia social, sanitaria o catástrofe, que por sus dimensiones desbordan los servicios públicos, es necesaria la implicación del trabajador social.
Es por ello, que durante la pandemia se brindó el servicio en todas las áreas de intervención que requirieron de nuestro abordaje profesional, adecuándose a la situación actual, reinventándose para cubrir todas las demandas y necesidades que surgieron durante estos ocho meses de estudio durante la pandemia, apoyándose en entrevistas vía telefónica y videollamadas, entre otras técnicas de intervención.
En todo momento utilizando las medidas preventivas de bioseguridad, además del distanciamiento físico, que permitió y ofreció garantía de una intervención oportuna, segura y de calidad.
Este estudio revela que era importante que no solo nos protegiéramos nosotros mismos, tomando todas las medidas preventivas, sino también a los demás, principalmente a los niños y jóvenes que permanecían en casa.
En el análisis se percibe que a los niños, quienes ya estaban siendo afectados con las limitaciones propias del confinamiento, se les sumaron otras situaciones de negligencia y/o violencia; evidenciados en sus diagnósticos, agravantes importantes para el desarrollo psicosocial de los mismos.
Durante la pandemia, en los meses de abril a noviembre de 2020, la mayoría de los menores que ingresaron al HILT requirieron de una admisión a sala de hospitalización por presentar cuadros clínicos “avanzados” que ameritó intervención médico-social; es decir, un manejo clínico y legal.
Además de lo antes mencionado, la población pediátrica experimentó otras limitaciones debido a las medidas preventivas de contagio, adoptadas por entidades públicas o privadas, como lo fueron el cierre de Tribunal Electoral, dificultades de acceso a centros y/o policentros, policlínicas, supermercados, etc., sumado a las restricciones de desplazamiento de los padres (por sexo y horario).
Debido al confinamiento obligatorio en los hogares, muchos de los padres pasaron del rol de proveedores a cuidadores, función anteriormente asignada a guarderías, escuelas, “nanas” u otros familiares.
Queda evidenciado con este estudio, que el manejo del paciente debe ser de forma integral, el componente social es considerado como un actor importante al momento de enfrentar una situación de afectación a la salud, hay que tener presente que el abordaje de cada individuo es responsabilidad de todos los profesionales del sistema de salud que le asisten, y así poder garantizar el bienestar de toda nuestra población objeto.
Lcda. Anayansi Urriola
Trabajadora Social