Ansiedad juvenil por la pandemia y presión escolar

La ansiedad y la incertidumbre que genera la pandemia de la COVID-19 pueden desgastar a cualquiera, pero para los niños y adolescentes puede ser aún más devastadora, emocionalmente.

La protección de las vacunas contra el COVID-19, que ahora están disponibles para niños mayores de 12 años, el estrés y los traumas relacionados con la pandemia de COVID-19 pueden tener efectos duraderos en las mentes en desarrollo de los niños y adolescentes.

Es por ello que un estudio de la Unicef reveló que debido a la pandemia, el 27 % de adolescentes reportó sentir ansiedad y el 15 % depresión; el 46 % decían tener menos motivación para realizar actividades que normalmente disfrutaba y el 36 % se sentían menos estimulados para realizar actividades habituales.

La Lcda. Leyla Vega, psicóloga del servicio de Bienestar Laboral y Social de la coordinación provincial de Recursos Humanos, expresó que la situación de confinamiento y las restricciones de movilidad que están viviendo los adolescentes, puede haber aumentado los conflictos en casa al haber un mayor tiempo de convivencia intrafamiliar en un espacio limitado; pero ha supuesto, también, una oportunidad para reforzar lazos afectivos.

Además, señaló que los niños y jóvenes, durante la pandemia, han presentados diferentes signos y síntomas de  ansiedad:

  • Sensación de nerviosismo, agitación o tensión.
  • Sensación de peligro inminente, pánico o catástrofe.
  • Aumento del ritmo cardíaco.
  • Respiración acelerada (hiperventilación).
  • Sudoración.
  • Temblores.
  • Sensación de debilidad o cansancio.

La especialista expresó que es importante prestarles mucha atención a los jóvenes que estén enfrentando ansiedad durante la COVID-19, y que se le puede ayudar de la siguiente manera:

  • Determinando si el estrés está afectando la salud, el comportamiento, los pensamientos o los sentimientos del adolescente.
  • Escuchando cuidadosamente a los adolescentes y estando pendientes de que no se sobrecarguen.
  • Aprendiendo y modelando las destrezas del manejo del estrés.
  • Respaldando la participación en los deportes y otras actividades prosociales.

Agregó  que la mayoría de niños y adolescentes presentan una alta capacidad de resiliencia, o habilidad para superar la adversidad, sin desarrollar problemas de salud mental. Pero esta capacidad de superación no elimina la necesidad de acompañar a los niños y adolescentes en este proceso.

Nota  de prensa y foto: Ángel Rangel