Trabajo informal en Panamá

La informalidad es un problema de arrastre en el país, el cual se agudizó con la aparición de la  COVID-19, y ha provocado la caída de la taza de empleos formales, un descenso que va del  53 % al 33 %, y   se estiman unos 6 años para poder recuperar  los niveles óptimos. Las plazas perdidas rondan  unas 327 340  a nivel nacional, así como  la caída de los  ingresos de la Caja de Seguro Social, por el orden del 40%, la pandemia “borró” 16 años de generación de empleos formales en el sector privado.

En la última década (2010-2020) el 92 % de todos los empleos generados en el país son de carácter  informal, una característica grave de este sector es un trabajador sin la debida cobertura de seguridad social necesaria, entiéndase sin seguro social, que los proteja durante un accidente o enfermedad. 

Entre las políticas del estado, para ayudar a formalizar este sector, y los esfuerzo realizado por la AMPYME, van desde: préstamos blandos, para apoyar la autogestión y así promover el avance hacia la formalidad, flexibilizando y procurando ir poco a poco, para lograr que crezcan y  cumplan con ciertos requisitos legales, entre estos, poder pagar la cuota de seguro social a sus trabajadores convirtiéndose en  micro, pequeña y medianas empresas independientes que operan a nivel nacional.

El licenciado Alexander Castillo, sociólogo de Salud Ocupacional de la Dirección Nacional de Salud y Seguridad Ocupacional (SySO) de la Caja de Seguro Social (CSS), llevó adelante un estudio descriptivo del comportamiento de este sector, tomando como referencia algunos aportes del Diálogo Nacional por la CSS, donde se plantean estrategias para lograr que el sector informal se pueda incorporar a la seguridad social, en función de los aportes de la cuota obrero patronal.

El trabajo realizado por el sociólogo describe que la informalidad más alarmante que se registra es de 85.0 %,  y esta se ubica en las comarcas indígenas. La provincia de Darién refleja un 66.1 %, seguida por la provincia de  Los Santos con 55.7 %, y así el resto de las provincias, lo cual marca una situación preocupante, donde hay que realizar acciones inmediatas para lograr recuperar al sector formal.

Dicha situación es un llamado urgente para el rescate de los fondos necesarios para aliviar la actual situación de la CSS y, obviamente, de los trabajadores del país, sobre todo en medio de la pandemia COVID-19, la cual ha afectado grandemente la economía panameña.

Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT), «sólo una de cada cinco persona en el mundo dispone de una cobertura adecuada en materia de seguridad social, y en los países de ingresos medios, entre los que podría incluirse a Panamá, la cobertura de la seguridad social por lo general oscila entre el 20 Y 60 % de la población”.

Entre las acciones tomadas por el Gobierno para hacerle frente al problema,  es la de retomar proyectos a nivel nacional, que fomentan la contratación formal de mano de obra panameña, tales como: carreteras, puentes, contratos mineros, contratos portuarios, finalización de la Ciudad de la Salud y línea tres del metro, entre otros.

Por su parte, la CSS busca la fórmula dentro del diálogo nacional,  para incorporar al sector informal dentro de su estructura de ingresos, la cual sería una excelente medida para la recuperación económica y social de este importante sector productivo, y oxigenar los distintos programas de la seguridad social del país.

Nota /  Luis Coloma

Foto: Cortesía