“Ahora llevo una vida saludable”, Carlos Moncada
Al inicio de la pandemia, a punto de cumplir 40 años, con total conocimiento del riesgo que llevaba estar obeso, al contraer la COVID-19, Carlos Moncada, tomo la decisión más importante para llevar una vida saludable.
El licenciado Moncada, labora en el Servicios de Fisioterapia, de la Policlínica “Don Alejandro de la Guardia, Hijo”, hasta los 30 años fue una persona que hacía deporte, luego decidió hacer algo que le atraía mucho “comer comida chatarra”, grave error, dijo.
Se mantuvo con este tipo de alimentación aproximadamente durante 10 años, su peso rondaba entre las 215 a 230 libras, teniendo una estatura de 1.64 metros, con diagnóstico de obesidad tipo II, hipertensión arterial, inicio de hígado graso no alcohólico, y presentaba cuadros de gastritis y reflujo.
“Me dirigí a una nutricionista, evaluó mi estado, y realizó un plan alimenticio, en donde me eliminó completamente el gluten, los azúcares y los lácteos, proporcionó un plan alimenticio y me programé ejercicios físicos adaptados a mis capacidades”.
El 23 de marzo del 2020 con 230 libras,” inicié mi lucha por bajar de peso, tengo que reconocer que no fue nada fácil, puesto que tenía muchos años consumiendo estos productos, y es difícil dejarlos de la noche a la mañana, pero mis ganas de estar saludable fueron más fuertes”, manifestó Moncada.
“Logré bajar 70 libras en un plazo de 8 meses, en los cuales de manera metódica conseguí mejorar mi estado y rendimiento físico, hasta el punto de hacer triatlón, un deporte que siempre me llamó la atención pero que honestamente carecía de condición física y disciplina para realizarlo”, dijo Moncada.
Luego de haber rebajado las 70 libras, Moncada declaró sentirse emocionado y muy feliz, ya que todos los aspectos de su vida habían cambiado para mejorar.
Desde lograr hacer ejercicios, y sentarse en el suelo, hasta lo más significativo para él, que era conseguir que le bajaran la dosis de los medicamentos de la hipertensión arterial, también desapareció la asides estomacal y el reflujo, en fin, indicó que” respiraba bienestar en salud”.
De acuerdo con Moncada “todos lo sabemos cómo bien dicen por ahí, lo difícil no es bajar de peso, sino mantenerse, en la actualidad estoy pesando 170 libras con las cuales me siento cómodo y a gusto, pero sin descartar la posibilidad de llegar nuevamente a 160”.
Analizó la situación y argumentó que “la meta está lograda y con un cambio radical de estilo de vida. Doy gracias profundamente a Dios, a los profesionales de la salud que me guiaron, al apoyo incondicional de mi esposa, que estuvo presente en este proceso, para poder conseguir ese equilibrio físico, mental y espiritual que por tantos años anhelé”.
Moncada dijo que cuando le preguntan ¿qué hizo?, el responde “deja el gluten, los lácteos y los azúcares y enfócate en comer alimentos reales, ve a un nutricionista, realiza ejercicios de acuerdo con tus posibilidades, y créeme, si yo pude lograrlo, cualquiera lo puede hacer, sólo es cuestión de quererlo», concluyó.
Día del Nutricionista
Tener una vida saludable te permite ser feliz, poder trabajar y disfrutar de tu familia y de todas las actividades que brinda la vida, dijo la licenciada Aisse Sainz Jaramillo nutricionistas dietista de la Policlínica “Don Alejandro de la Guardia, Hijo”.
Sainz explicó que si una persona está enferma no puede disfrutar de lo poco o mucho con lo que cuente, por esta razón para los nutricionistas hay tres partes fundamentales para llevar una vida plena en salud.
-Lo primero es la alimentación, los alimentos son una medicina natural si el paciente no sabe cómo ingerir los alimentos de manera correcta estos les harán daño y producirán enfermedades, pero si saben cómo combinar los nutrientes de cada producto, se puede lograr obtener medicina natural, y serán capaces de brindar ánimo, energía, vitaminas y minerales, que ayudan al aumento del sistema inmunológica, para poder combatir cualquier enfermedad que se presente.
Es importante recalcar que las comidas o los alimentos deben ser lo más naturales posibles, sin preservantes y mucho menos procesados o con alto grado de condimentos, lo ideal es que sean del que lo produce al consumidor, Sainz afirmó que, “sabemos que esto conlleva más trabajo a la hora de la preparación, pero es menos dañino para el organismo a la hora de consumirlos”.
Para la nutricionista, en ocasiones los alimentos se pueden utilizar como medicina, ya que el consumo de estos aporta lo que el cuerpo necesita, si algún valor bioquímico se encuentra alterado por alguna situación de acuerdo con la patología o enfermedad, de acuerdo a esto, entonces se determina que alimentos puede y no pueden consumir el paciente y cuál es la mejor forma de consumirlos, planteo Sainz.
Es importante concentrarse a la hora de comer, disfrutar cada bocado, cada olor y color de la comida, masticar bien los alimentos, conversar mientras se come, hacerlo en la mesa con familia en lugar de los cuartos o frente a los aparatos electrónicos, compartir y saber de cada uno de los miembros de la familia, la hora de comer es solo hora de comer, enfatizó la licenciada Sainz, seguir estas prácticas al momento de ingerir los alimento, conlleva a una buena digestión.
-El segundo punto es el descanso, cuando una persona no duerme bien, se afecta mucho su estado de ánimo, la memoria y hasta la parte alimentaria, porque quien duerme mal al momento de levantarse lo que le provoca consumir son dulces, es lo que el cuerpo pide, y no se asimila de manera adecuada.
– Y como último aspecto es la tranquilidad, es decir evitar el estrés, una vida con muchos sobresaltos inflama el cuerpo, el ser humano tiene a decirle “si a todo tratando de complacer y quedar bien con las personas que los rodean, humanamente esto es totalmente imposible, ya que hay que conocer nuestros límites”.
“Comer sanos, hacer ejercicios y ser feliz son mis recomendaciones para llevar una vida plena llena de salud”, concluyó Sainz.
Nota: Giovanna Rodríguez Cáceres
Fotos: Cortesía