Trabajo Social en el Día Mundial del Riñón

Cada año, desde el 2006 el segundo jueves del mes de marzo se celebra el Día Mundial del Riñón, fecha en la que se desarrolla diferentes actividades con el objetivo de crear conciencia entre las personas, que  puedan conocer sobre la enfermedad y logren detectar a tiempo cualquier padecimiento en los riñones, explicó la Lcda. Dora Guerra, responsable de Trabajo Social en la Unidad de Hemodiálisis, Metro Dos, ubicada en San Cristóbal.

Este año para conmemorar la fecha, que lleva como lema: “Salud renal para todos».

“Hemos organizado una entrega de canastas de víveres que se sorteará entre los grupos de pacientes, así como charlas informativas sobre los cuidados del paciente, aplicación de las medidas de bioseguridad (ya que aún la pandemia no ha terminado), entre otros temas que contribuyan a que el enfermo conozca más su patología y cuente con las herramientas para hacer que su tratamiento se complemente exitosamente”, dijo la Lcda. Guerra.

Cada conmemoración del Día Mundial del Riñón, lleva a organizar éstas y otras actividades para animar a los pacientes creando en la sala un ambiente alegre, educativo y sobre todo de esperanza, precisó.

Recomendó a los familiares de estos pacientes, en su mayoría desde su juventud, que estén pendientes de la salud de sus riñones y resaltó que se les enseña cómo pueden ayudar a sus familiares o amistades adultas, para que éstos puedan reconocer algunos signos de alerta que aparecen cuando los riñones necesitan mayor atención.

Entre las molestias más frecuentes están:

  • Cambio en la coloración de la orina
  • Olor fuerte en la orina
  • Manchitas rojas o de sangre en la orina
  • Orina espumosa
  • Disminución o aumento repentino de la frecuencia de la micción
  • Retención de líquidos
  • Inflamación (rostro, mano, abdomen, tobillo, pie)
  • Sensación de fatiga
  • Presión arterial alta, entre otros.

Trabajo social en hemodiálisis

Padecer una enfermedad renal, conlleva, la pérdida progresiva de la autonomía de la persona que la padece, los obliga a depender de sus familiares y/o entorno, para ayudarse en las actividades básicas de la vida diaria.

Hacer frente a esta pérdida de autonomía y aceptar que en alguna ocasión se va a necesitar la ayuda de otros, representa un cambio importante en la vida de estos pacientes, quienes cada día luchan por una mejor calidad de vida.

Para brindar la atención en la unidad de hemodiálisis, en este caso la de Metro Dos, es necesaria la participación de un equipo multidisciplinario entre los que se destaca al profesional del trabajo social; cuya función principal es la de asistir alpaciente y familiares en el proceso, en la tramitación de ayudas necesarias para mantener su independencia y mejorar su calidad de vida.

La Lcda. Guerra expresó: “En realidad la participación de trabajo social en una unidad de hemodiálisis es una labor integral que se realiza con el paciente a nivel psicosocial, en todos sus aspectos, tanto económico como familiares, laborales, todo se debe encarar, para que el paciente tenga una mejor calidad de vida, en particular los que trabajan y así, logren la tranquilidad requerida al momento de acudir a su tratamiento”.

“El aspecto emocional es primordial para todas estas patologías, también se ofrece consejería sobre el auto cuidado y más recientemente con el surgimiento de la pandemia por Covid-19, se suma la campaña sobre las medidas de bioseguridad, es decir uso de mascarilla en todo momento, pantalla facial, limpieza de manos con agua y jabón y en el caso que sea necesario alcohol o gel alcoholadas entre otras medidas sociales para minimizar el contagio de coronavirus entre nuestra población de pacientes”, manifestó la Lcda. Guerra.

El tratamiento de hemodiálisis suele realizarse a pacientes que sufren insuficiencia renal aguda o crónica, la hemodiálisis es un procedimiento de sustitución renal que tiene como finalidad suplir de manera parcial la falta de funcionamiento de los riñones.

El objetivo del Departamento de Trabajo Social, dijo, es mantener la autonomía del paciente el mayor tiempo posible, por lo que además evaluamos al enfermo para medir el grado de dependencia física y poder así, ajustar el servicio más adecuado a sus necesidades.

Nota / Fotos: Rina Rodríguez de Subía