Día Mundial de la Fertilidad

La fertilidad es la capacidad de lograr un embarazo, a diferencia de la infertilidad, que es la incapacidad de no poder concebir, explicó el Dr. Ricardo Mastellari, ginecólogo especialista en fertilidad del Complejo Hospitalario de la Caja de Seguro Social.

Existen varios tipos de tratamientos para la infertilidad de baja complejidad, que son las relaciones sexuales naturales programadas, con una pequeña estimulación a los ovarios. Con este tratamiento se predice cuándo la paciente va a ovular para que tenga relaciones sexuales, con la finalidad de facilitar el embarazo.

El otro tratamiento de baja complejidad es la inseminación, en el que se estimulan los ovarios con hormonas. Su intención es que la mujer, en vez de liberar un óvulo, como normalmente ocurre, se prepare para ovular tres o cuatro; y en el momento de la ovulación, se prepara el semen (capacitado) y se introduce dentro del útero, acercándose el espermatozoide y facilitando su encuentro pasando el cuello del útero, que en ocasiones es un obstáculo para la fertilización.

Después de eso, se entra en la reproducción asistida de alta complejidad, que es la fertilización in vitro, que implica la estimulación de los ovarios con mucha más cantidad de hormonas para obtener de 10 a 15 óvulos, que siguen por ultrasonido hasta que tengan el tamaño adecuado. Justo antes de la ovulación -a través de una guía por ultrasonido-, con una aguja que se introduce en el fondo del saco vaginal, se aspira el líquido dentro de los folículos de cada ovario y se espera que cada uno desarrolle de 6 a 8 folículos.

Ese líquido es llevado al laboratorio para identificar los óvulos, los cuales se pelan para quitarle todas las células que tienen alrededor. Posteriormente, se inyecta cada óvulo con el espermatozoide seleccionado de la pareja. Una vez inyectado se pasa a una incubadora de cinco a seis días, dependiendo del caso, para ser colocado en el útero de la paciente, ocurriendo la implantación y posterior embarazo. Los sobrantes se congelan para futuros embarazos, explicó el doctor Mastellari.

La fertilización asistida se puede realizar dependiendo de la reserva ovárica de la paciente y la calidad de los óvulos, lo que se hace más difícil después de los 42 años con óvulos propios. Pero existe la donación de óvulos, con lo que se puede lograr un embarazo -teniendo hijos sanos- de este óvulo donado, que es fertilizado con el semen de la pareja, y posteriormente transferido al útero de la paciente receptora que puede albergar un embarazo.

Son muchas las enfermedades relacionadas con alteraciones hormonales en la mujer, como el síndrome de ovario poliquístico, que conlleva la no ovulación. Las otras son casusas anatómicas, provocadas por enfermedades como endometriosis o infecciones como la clamidia, que obstruye la trompa, o adherencias pélvicas, que dificultan la unión del espermatozoide con los óvulos,  y en otros casos la edad de la paciente puede ser causante de infertilidad.

Además, pueden haber casos en los que la paciente está bien de hormonas y sus ovarios uncionan, con trompas permeables y un útero sin alteraciones anatómicas, pero tiene una pareja con conteo bajo de espermatozoides o azospermia, alteraciones de la motilidad de los espermatozoides o que estos tengan anormalidades por alteraciones cromosómicas, contaminantes, tóxicos ambientales o laborales, lo que dificulta o impide la concepción.    

Hay mujeres que entran en una menopausia prematura, tan temprana como a los 35 años, lo que significa que después de esa edad no van a lograr un embarazo. Por otro lado, hay otras que mantienen ese potencial para lograr un embarazo un poco más allá, ya sea por evitar exposición a tóxicos, por su buen estado físico y mental, por mantenerse en un ambiente sin estrés o evitar infecciones pélvicas y de transmisión sexual, todo esto hace que pueda mantener su fertilidad natural un poco más.

Nota de prensa y fotos: Emileth Bósquez Cruz