La eterna espera de Osvaldo Lozano Maranto

Todos los días las personas  reciben llamadas de un amigo, un familiar  o un vecino.  Pero hay una que te puede cambiar la vida para siempre,  y  ese es el caso de Osvaldo Lozano Maranto, de 36 años de edad y con un hijo de 10 años. 

Osvaldo reside en El Tecal, Vacamonte, distrito de Arraiján, provincia de Panamá Oeste. Se define como un joven trabajador, pero cuenta que a los 25 años de edad, con sueños y metas por cumplir, para él y su familia, comenzó a presentar problemas de presión arterial, igualmente una rara hinchazón en  los pies, hasta que llegó el momento en el que le diagnosticaron que uno de sus riñones no funcionaba. Necesitaría de un trasplante.

De acuerdo con las estadísticas de la Coordinación Nacional de Trasplante de la Caja de Seguro Social (CSS), en Panamá, desde 1990 hasta la fecha, se ha realizado una totalidad de 1368 trasplantes en los diferentes programas (riñón, hígado, corazón, corneas y células hematopoyéticas).

Osvaldo dice que desde que recibió esa llamada, en la que le diagnosticaron la necesidad de un trasplante, comenzó a atenderse con nefrología, y a los 31 años  inició tratamiento de diálisis  en el Complejo Hospitalario “Dr. Arnulfo Arias Madrid” (CHDr.AAM). Un tiempo después en la unidad de hemodiálisis  de la Policlínica “Dr. Santiago Barraza”, en La Chorrera.

Estuve en tratamiento de diálisis por dos años y ocho meses y en espera por un trasplante un año y tres meses. Nunca olvidaré ese jueves, 23 de agosto del 2018, a las 10:00 de la noche cuando recibí la llamada del Dr. Carlos  Ballesteros, nefrólogo del CHDr.AAM, para notificarme que había un riñón para mí -contó Osvaldo con emoción- enseguida abracé a mi hijo, quien es mi motivo de seguir luchando.

Fui operado en el CHDr.AAM, no tuve quejas, para mí todos fueron momentos especiales desde el día que recibí la llamada. El personal de trasplante fueron todos  muy atentos, me brindaron un trato muy especial al igual que los nefrólogos y las enfermeras. Estoy agradecido con Dios y con el Complejo Hospitalario, que me brindaron la oportunidad de ser trasplantado.

Datos oficiales indican que el programa más antiguo es el renal, el cual cuenta con la mayor cantidad de  trasplantes realizados desde sus inicios en el año 1990, con el primer  trasplante renal de donante vivo relacionado.

Desde el momento de su trasplante Osvaldo vive agradecido con la vida por esta nueva oportunidad, indicando que la vida le ha cambiado radicalmente para mejor, ya que describe los tratamientos de hemodiálisis como un proceso agotador y que  ahora tiene  más oportunidad de compartir con su familia, en especial con su pequeño  hijo.

Ya han pasado tres años desde que recibió su riñón y observa cómo ha mejorado su calidad de vida; por lo cual, día  tras día se dedica a cuidar sus riñones  tomando sus medicamentos para no volver a caer en un tratamiento de diálisis.

Proceso de recuperación

Los pacientes que se benefician de un trasplante, deben tener controles médicos periódicos, que permitirán monitorizar su evolución clínica de forma integral y llevar un estilo de vida saludable.

“La donación de órganos para mí significa vida, regalar incondicionalmente esa oportunidad  de vida a otra persona no tiene precio. En lo personal me gusta contar mi testimonio, para que las personas conozcan lo importante que es la donación de órganos. Igualmente, aconsejo a las personas cuidar sus riñones para evitar pasar por este proceso¨, puntualizó Osvaldo.

Es importante destacar que existen dos tipos de donantes, el donante vivo relacionado y el donante fallecido. El donante vivo relacionado  es aquella persona dentro del 4 grado de consanguinidad o segundo de afinidad o en unión de hecho comprobada. El donante fallecido,  es aquella persona que en vida expresa su voluntad de que al morir se le extraigan componentes anatómicos de su cuerpo para donación.

Cada 6 de junio se celebra el Día Mundial del Paciente Trasplantado, establecido por la Organización Mundial de la Salud.

Reportaje y foto: Yulisa Bultrón